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22 LEB I Alberto Civil 3

Las Tunas.- La inclusión del lanzador Alberto Pablo Civil en la nómina de 50 peloteros cubanos rumbo al V Clásico Mundial es una de las mejores noticias de los últimos tiempos para el béisbol tunero. Si podía preverse la presencia de Carlos Juan Viera, Yosvani Alarcón y Rafael Viñales, la convocatoria del diestro puertopadrense es un recordatorio de cuánto pueden pesar la autoconfianza y el trabajo duro en la carrera de un atleta.

Porque, obviamente, el llamado responde a la gran temporada registrada por Civil con los Agricultores de Carlos Martí. Pero esta extraordinaria actuación no es otra cosa que el resultado de varios años de crecimiento, de acierto y error, de duros tropiezos y de voluntad para regresar más fuerte.

Son ya 12 las campañas que acumula Alberto Pablo en el máximo nivel del béisbol nacional. Desde su debut en la 2010-2011 el recorrido ha sido largo, casi siempre con salida desde el bullpen (acumula solo nueve aperturas en toda su carrera) y, por ende, enfrentado a los riesgos propios de la labor de apagafuegos.

Hasta la temporada 2016-2017, sus números estuvieron lejos de llamar la atención: balance de cuatro victorias con tres derrotas y ningún salvamento en siete años. Su labor no había sido trascendente en una época de resultados más bien pobres para el béisbol tunero.

Sin embargo, justo con el inicio del ciclo ganador comandado por su padre Pablo Alberto, comenzó el cambio de marea para el lanzador nacido en la Villa Azul. Quizás por haber recibido la dosis de confianza que antes faltaba, probablemente por el doble compromiso ante su nuevo y peculiar mentor, el muchacho mostró una cara distinta y consiguió un éxito y sus dos primeros salvamentos en aquella vibrante serie en la que Las Tunas llegó a la final ante los Alazanes de Granma.

Un año más tarde, durante el curso que concluiría con el título de Cuba en poder de los Leñadores, Civil sumó cuatro victorias y cinco salvados, idéntico saldo al registrado la temporada siguiente, la 2019-2020.

La evolución era evidente, pero no pocos obstáculos aparecían aún en su camino. Uno de los más molestos llegaba desde las redes sociales, a propósito de su presencia en la selección que asistió a la Serie del Caribe del 2019, en la que los Leñadores fueron subcampeones.

Algunos fanáticos malintencionados insinuaron (o directamente argumentaron) que su inclusión en el róster se debía únicamente a una cuestión de nepotismo, sin considerar que su labor en la primera fase de aquella campaña había sido vital para llevar al conjunto tunero a la clasificación. Lo que sí es cierto es que luego, con la llegada de los refuerzos, su figura perdió peso en el bullpen, algo que se repitió cada uno de los años en los que se pudo solicitar lanzadores de otros elencos.

Más de una vez desde estas páginas reclamamos mayor protagonismo en esas segundas etapas para un lanzador lateral, de buen control, con demostrado dominio sobre los bateadores y suficiente sangre fría para enfrentar con éxito los momentos complicados. Y la mejor muestra de ello ha sido su trabajo como cerrador de los Agricultores en un nivel superior al de la Serie Nacional.

No sería aventurado decir que Alberto Pablo ha sido el mejor lanzador de la I Liga Élite. Su balance de 7-1 y sus nueve salvamentos (incluido el de la semifinal ante Tabacaleros) así la avalan, lo mismo que su asombrosa efectividad de 0,58 y su WHIP de 1,06.

De hecho, varios especialistas lo sitúan entre los favoritos al premio de Jugador Más Valioso de la competencia, un galardón que se entrega independientemente de lo que suceda en la postemporada.

Desde este sábado, el relevista tunero será uno de los puntales de Carlos Martí para pelear con Portuarios por el título de la Liga Élite. Más allá del resultado final, Alberto Pablo merece un puesto en el equipo que represente a Cuba en la Serie del Caribe Gran Caracas 2023, prevista del 2 al 10 de febrero en Venezuela.