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Las Tunas.- El Taller Nacional de Bonsái forma parte del programa de actividades de la Fiesta de Raíces y Tradiciones (evento más importante que realiza la filial tunera de la Fundación Nicolás Guillén, FNG), que -desde el miércoles y hasta este viernes- ha desarrollado diversas iniciativas, dedicadas a la cultura japonesa, al aniversario 170 del natalicio de José Martí y a los 65 años de la publicación del libro La paloma de vuelo popular, del Poeta Nacional.

"El intercambio ha sido de gran importancia para saber cómo está el quehacer en este universo creativo, porque son muchas escuelas y variantes a la hora de hacer un árbol pequeño sin hacerle daño. Cada quien tiene su estudio sobre una técnica o escuela japonesa, que quizás desconocemos o conocemos poco. Por eso, compartir saberes, conceptos y experiencias, es muy fructífero", expresó Wilner Rondón Peña, al frente del Club del Bonsái de Las Tunas.bonsai2Wilner Rondón Peña, al frente del Club del Bonsái de Las Tunas.

Otro de los participantes en la cita es Ernesto Rivero Ramírez, de Villa Clara. "Esta interacción nos hace crecer como cultivadores. Se trata de un arte que en nuestro país es muy joven con respecto a sus orígenes.

Ernesto sagualagrande bonsai No se debe trabajar a la ligera. Al igual que aquí, en Sagua La Grande (donde vivo) tratamos de llegar a diferentes especies, fundamentalmente las endémicas de la localidad, para también aprender de nuestros árboles", dijo el arquitecto de profesión, que lleva una década vinculado con estos "adorables enanos".

Paralelamente al taller, que incluye entre sus tópicos las maneras de cultivar las plantas, los presentes en el evento pueden visualizar la exposición permanente de “esculturas arbóreas” que acoge la filial provincial de la FNG, única en el territorio con ese carácter. Entre los pequeños gigantes de la flora en exhibición se encuentra La Guana, árbol endémico de la provincia, que está en el escudo de la ciudad y cuya defensa es prioridad para el Club de Bonsái de Las Tunas.

“Su nombre científico es Hildegaria cubensis. Tiene hojas en formas de corazón y las flores, amarillas, mientras el tronco es verde-amarillo. Ya casi no existe. Con los bonsáis les enseñamos a los demás lo real y maravillosa que puede ser. Incluso, hemos regalado algunas de estas plantas a algunas entidades y sembrado otras en diferentes parques. Soñamos con que nuestros campos vuelvan a tener colonias de ese árbol”, agregó Rondón Peña.

Mientras se desarrolla el Taller Nacional de Bonsái, muy cerca de allí, en la galería La Jungla, los participantes pueden disfrutar de la expo Estaciones del año, que profundiza en la cultura japonesa, con elementos distintivos de ese país, mediante la fotografía, accesorios típicos como vestimentas tradicionales y una muestra de haikus. Entre los versos en este tipo de composición poética se encuentran algunos del calibre de: "Y si te buscan/ en la yerba sombría/ serás el árbol", de Wilner. Esas y otras iniciativas forman parte a su vez del proyecto Arte y Naturaleza, con sede en la entidad y que también lidera este joven.

Hace alrededor de dos mil años el arte del bonsái se originó en China y, poco a poco, este “símbolo” considerado allí puente entre lo divino y lo humano fue ganando adeptos en todo el mundo. Estilos como el Hokidachi (escoba), el Fukinagashi (barrido por el viento), el Bunjingi (o literati) y otros, vislumbran siluetas y modos interesantes de esos verdes hijos del ecosistema.