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0 29 fortaleza colonial las tunas

Las Tunas.- Sus muros conservan aún las marcas de una época que lo elevó a lo más alto en materia defensiva en la Villa Azul de Cuba.

El único de su tipo en la geografía tunera, el Fuerte de la Loma como se le conoce por los lugareños, es el signo más emblemático de la presencia militar de España durante el siglo XIX en Puerto Padre.

La edificación, a 34 metros sobre el nivel del mar, despunta por su atípica arquitectura con la técnica del mampuesto y otros materiales que aparecieron por la zona, como las piedras calizas y la cocoa, con una durabilidad colosal que tuvo como prueba de fuego la toma perpetrada por el mayor general Vicente García González y sus tropas en 1877.

Aunque existen diversos criterios en relación con el surgimiento del inmueble, se toma a 1875 por su fecha de fundación como una importante y estratégica pieza de artillería, en un sitio que permitía avasallar toda la ciudad e, incluso, la bahía que le sirve de resguardo.

Sin embargo, el Fuerte no solo había fungido como zona de defensa, sino que fue prisión para todos aquellos acusados de colaborar con el Ejército Libertador durante la Guerra de los Diez Años, y en 1898 cuando fue abandonado por los españoles por sus nulos intereses en la zona para aquella etapa, las llamas se apoderaron del castillo con el objetivo de evitar su uso por los pobladores.

Conformado por dos torreones en la retaguardia, dos al frente y unas murallas con más de 80 aberturas para el posicionamiento de las artillerías, se dice que su forma es única no solo en Cuba, sino también en América Latina y representa una verdadera joya arquitectónica que ha sido escenario de numerosos procesos de restauración hasta declararlo Monumento Nacional el 4 de noviembre de 1981.

Para orgullo de los tuneros y como baluarte patrimonial de la historia de Cuba, el Castillo de Salcedo abrió al público en función de museo el 25 de diciembre de 1999. Ubicado en la actual avenida Libertad, no solo distingue por ser un atractivo paraje, sino que a la vez pareciera despertar las más genuinas curiosidades de quienes lo visitan.