París, Los juicios en Francia sobre los atentados terroristas de noviembre de 2015 y el que relaciona al estelar futbolista Karim Benzema generaron esta semana interés en la opinión pública y expectativas por su desenlace.
En los últimos días continuaron en esta capital las audiencias con la presentación de testimonios de sobrevivientes y familiares de víctimas de los ataques que el 13 de noviembre de 2015 conmovieron al país y al mundo, con un saldo de 130 personas asesinadas y 350 heridas en la sala de conciertos Bataclan, restaurantes parisinos al aire libre y en el Stade de France.
Las sesiones se concentraron en las declaraciones sobre lo ocurrido en el Bataclan, con desgarradoras vivencias de seres humanos que salieron con vida del infierno desatado por los yihadistas en la instalación y el sufrimiento de quienes perdieron a familiares.
El juicio comenzó el 8 de septiembre con 14 acusados por algún tipo de participación en los crímenes, mil 300 personas constituidas como parte civil del proceso y 350 testigos llamados a declarar.
La semana que comienza el lunes será la última programada para escuchar los testimonios de sobrevivientes y familiares de víctimas del Bataclan.
Por otra parte, el martes inició en el Tribunal Correccional de Versalles el proceso que involucra al delantero del Real Madrid Benzema y a otras personas acusadas en el llamado asunto de la Sextape (video de contenido sexual), un caso de chantaje contra su excompañero de la selección nacional Mathieu Valbuena.
La Fiscalía pidió 10 meses de prisión condicional y 75 mil euros de multa para el jugador de 33 años por complicidad en la tentativa de chantaje, en una decisión del juicio que se conocerá el 24 de noviembre.
Benzema no participó en las audiencias, ya que su defensa esgrimió motivos profesionales para justificar la ausencia.
Según los alegatos, la estrella habría incitado en octubre de 2015 a Valbuena, integrante del Olympiacos griego, a aceptar el pago exigido por extorsionadores para no publicar un video íntimo de él y su esposa.
El futbolista estuvo más de cinco años fuera de la selección francesa por el escándalo, pero en mayo el técnico de Les Bleus, Didier Deschamps, lo convocó para la Eurocopa y después fue decisivo en el título conquistado en la Liga de las Naciones de la UEFA.
