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Jobabo, Las Tunas.- Levantar la mirada y ver cómo en menos de seis meses se logró que una instalación abandonada se convirtiera en uno de los mayores emprendimientos locales para impulsar la producción porcina, es algo de incalculable valor para una decena de obreros que al principio veían con recelo esa idea en Jobabo.

Se trata del módulo de reproducción situado en la zona de El 49, donde ya se aprovechan todas las potencialidades de una renovada infraestructura para rehabilitar la porcicultura, a un nivel que posibilite suministrar en corto plazo no menos de 40 toneladas de carne al año. Lo más importante es hacerlo al menor costo posible, a partir de un encadenamiento productivo que les permita autoabastecerse de alimento animal.

Joababo porcicultura yaidel“Tenemos una caballería, sembramos yuca y tithonia para el procesamiento de los piensos, y disponemos de bastante palmiche en áreas de pastoreo. Esto favorece la crianza que pretendemos implementar aquí, haciendo un cruzamiento de cerdos de raza blanca con otros más resistentes a las enfermedades”, explica Carlos Becerra Rubio, director de la unidad empresarial de base Porcina Jobabo.

El día a día lo vive un puñado de hombres que destacan por la integralidad en sus labores, quienes, junto a Vicente Tamayo, responsable del módulo, han logrado a puro corazón transformar el entorno y demostrar que es factible promover empeños similares sin tantos recursos. “Esto es posible con el esfuerzo de cada uno de los compañeros. Ya empezamos a ver el fruto, reconstruimos las naves, algunas reproductoras están pariendo y damos pasos en el ganado ovino. Nunca pensamos que en seis meses de trabajo podríamos tener tanto”, dice Becerra Rubio con una sonrisa de alivio.

Así como en el apartado paraje de El 49, el característico ruido de una cochiquera indica que la reproducción de cerdos va en serio en otro extremo de Jobabo. En el asentamiento rural Dos Hermanos marcha a todo ritmo una empresa similar, mucho más abarcadora y dinamizadora del quehacer económico.

Otra infraestructura abandonada se erige rápidamente en un centro procesador de cárnicos, derivados de frutas y vegetales y elaborador de queso. Tendrá la particularidad de concretar un encadenamiento productivo de amplia envergadura, que va desde el desarrollo de una zona agrícola, hasta la puesta en funcionamiento de enclaves para el ganado menor, la ceba de toros, la avicultura y varias minindustrias; todo en aras de la sostenibilidad.Joababo ganado menor yaidel

“Esto ha sido a pecho limpio, y aunque el proyecto está proponiéndose para recibir financiamiento a partir del próximo año, ya producimos queso, dulces, mermeladas. Hemos puesto interés en fomentar todo lo que aporte materia prima”, subraya Yaciel Benítez, responsable del centro.

Una de las peculiaridades de este emprendimiento es que ha generado un ambiente de cambio en la comunidad. Y no solo por la capacidad de crear fuentes de empleo, sino, además, por devolverle a ese barrio una de las capacidades que siempre tuvo: producir en el formato de minindustria y promover transformaciones sociales con la participación popular, comenta Leider Olano, comercial de esa entidad.

Para Eliades Labrada, director de Proyectos en Jobabo, esta es hoy la iniciativa municipal que más rápido avanza, aun cuando no ha recibido los suministros que necesita para completar la infraestructura productiva, previsto para el 2022 con financiamientos que superan los 100 mil pesos en moneda libremente convertible y 2,7 millones de pesos.

“Estamos hablando de algo que surgió como parte de la Estrategia de Desarrollo Municipal y el Programa Agroalimentario emanado de ella. Va enfocado, sobre todo, a la soberanía alimentaria con propósitos muy bien definidos de producir, procesar y comercializar carne de ganado menor y derivados de la leche”, insiste.

DESDE LA EDUCACIÓN TAMBIÉN SE APORTA AL DESARROLLO LOCAL

Con la implementación de la iniciativa Fortalecimiento del proceso de formación profesional de los jóvenes y trabajadores en la Educación Técnica y Profesional en las especialidades agropecuarias para su inserción al empleo se suben peldaños con el propósito de enriquecer el universo productivo desde una visión científico técnica.

Joababo 4“Esta es quizás la única experiencia en la provincia de vinculación de una entidad presupuestada con un proyecto productivo que aportará a la economía. Que se implemente en el politécnico Manifiesto de Montecristi tiene una oportunidad inigualable, porque viabiliza aprovechar el potencial de los maestros y estudiantes en nuevas ideas que puedan surgir”, amplía Eliades Labrada.

Entre lo más significativo sobresale la posibilidad de dotar a este plantel de un moderno equipamiento para la gestión informacional, un laboratorio de suelos y una clínica veterinaria con toda la tecnología necesaria; además de la instalación de minindustrias, el mejoramiento de la infraestructura para las clases y el uso adecuado de los recursos para la interrelación docente productiva.

“Elevar las condiciones en aras de ofrecer una enseñanza de calidad genera un buen ambiente entre los alumnos, facilita que crezca su interés por determinados procesos, las materias y por relacionarse mucho más con el quehacer agrícola”, argumenta uno de los profesores.

¿QUÉ VISIÓN DE DESARROLLO TIENEN LOS JOBABENSES?

Aunque Jobabo posee hoy una de las estrategias de desarrollo mejor estructuradas de la provincia, la materialización de todo depende de la conducción organizacional, la participación colectiva y la concreción de transformaciones socioeconómicas.

“Dejando de lado la escasez material y de presupuesto, la burocracia es la piedra mayor en el zapato”, dice Yanier Rodríguez, y así piensan no pocos pobladores, que a veces se muestran escépticos ante el impacto de algunos de estos programas empeñados en revitalizar el municipio.

Si bien se ha tratado de hacer del Desarrollo Local una constante espiral que renueve las comunidades, para Manuel López Salcedo todavía hay que involucrar más a los jóvenes en todos esos procesos, escuchar sus proyectos, apoyarlos. También, ir a los barrios y evaluar con más precisión sus potencialidades y definir qué más realizar en su beneficio; así como conseguir que los avances de la economía impacten en los problemas existentes en la infraestructura pública.

La agricultura, apuesta primordial del territorio, debería multiplicar el ejemplo de Dos Hermanos y El 49 en todas las cooperativas y zonas de producción agropecuaria, pues si bien escasean recursos imprescindibles para estimular los programas, falta proactividad y apoyo. Hoy estamos demasiado dependientes de lo que llega de la zona urbana.

“Podemos lograr más, pero sí necesitamos suministros y ayuda con el acceso a insumos a un costo que permita avanzar, porque potencial hay”, reconoce Maikel Figueredo, de Mejías.

En un ambiente prácticamente familiar, marcado por el ir y venir de la gente, las jaranas, el murmullo de los servicios, el deseo constante de renovar el entorno, preservar las raíces, mejorar el bienestar colectivo y despojarse de los efectos que dejó la reconversión azucarera, transcurre la vida cotidiana en Jobabo. La sureña demarcación presume de ser en la actualidad uno de los mayores impulsores en la búsqueda de iniciativas para el desarrollo local con participación ciudadana.

Y hacia esa meta se emprende una carrera intensa, en la que las instituciones y la propia población desempeñan un rol vital, revela Blanca Iris Santana, primera secretaria del Partido Comunista de Cuba en la localidad.