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ciencia alimentos

Las Tunas.- Yordan Sánchez sale dos veces a la semana a buscar las provisiones para la alimentación. Como miembro menos vulnerable es quien asume tal responsabilidad, la cual en este tiempo se vuelve vital, pues toda la familia permanece en casa las 24 horas del día.

Hace ya varias jornadas Yordan no se encuentra frente a frente con las viandas en su amplio recorrido, que abarca desde Buena Vista hasta el reparto Aguilera; no encuentra ni baratas, ni caras.

Lo mismo opina Luis Téllez, “como no hay venta liberada de arroz, hay que balancear la dieta con plátano, yuca, boniato u otro alimento para rellenar; pero la situación se pone difícil porque no aparece en ningún lugar y si acaso las ves en algún mercado, la cola es extensa y la mayoría de las veces no alcanza para cubrir la demanda”.

Tal panorama se describe y se escucha a diario por la población tunera. La falta de viandas en la mesa es notable cuando debería ser todo lo contrario. La producción de alimentos hoy necesita un vuelco, un auge que revitalice el panorama.

De recorrido por los principales establecimientos agropecuarios estatales del municipio capital, la queja es alarmante. El aprovisionamiento a las placitas y puntos de venta en las comunidades todavía está muy distante de lo que se requiere para lo básico de la cocina en el hogar. Y si bien la situación, por las medidas que impulsa el sector productivo, puede revertirse, urge hacerlo con inmediatez, porque la demanda gana terreno.

MERCADOS, PLACITAS, TARIMAS…

A más de un mes de haberse puesto en vigor las disposiciones para reorganizar la venta de productos agropecuarios, a fin de evitar aglomeraciones y acercarlos más a los barrios, el expendio todavía no cumple las expectativas y ello requiere de mayor esfuerzo de los productores hasta que los números y las cifras que  informan se perciban en la existencia de viandas y hortalizas en el menú.

Durante varios días la yuca una que otra vez se ha comercializado en los principales mercados agropecuarios estatales (MAE) del territorio. En menor medida, el boniato, el burro y el plátano vianda ha llegado a los establecimientos, y estos nunca alcanzan ni para la mitad de quienes están, a veces desde el día anterior marcando en la cola.

Diversas interrogantes inquietan a la población, pues como dice la tunera Lisbet Toranzo, “no es posible que vendan los plátanos macho solo en la Feria, cuando se habló de descentralizar los productos. En dos ocasiones hicimos la cola mi esposo y yo para comprarlos y la fila le daba la vuelta a ese recinto. Como era de esperar, no alcanzamos”.

Lo mismo se analiza en torno a los concurrentes que expendían en el mercado de Bonachea. “Ya ahí no venden nada, tenemos que ir hasta la Feria detrás de los surtidos y como no hay transporte público, pues toca ir a pie, el acceso se dificulta”, manifestó Rafael Acosta, vecino del reparto Buena Vista.

LA COVID-19 PONE AL DESCUBIERTO LAS DIFICULTADES AGROPECUARIAS

El panorama actual de salud que vive el país pone a prueba la capacidad de producción de alimentos del Sistema de la Agricultura. Esta pandemia abrió el juego y nos obliga a responder con más producción porque necesitamos el autoabastecimiento.

Tal y como lo expresó el subdelegado de la Agricultura en el territorio, Luis Manuel Peralta Agüero, “aproximadamente unas 784 toneladas de productos agrícolas se comercializan en la red de Acopio y los puntos de venta de las cooperativas; sin embargo, ello no cubre la demanda.

“La estrategia está conformada tanto en la producción de cultivos de ciclo corto, como en la preparación de la tierra en la presente campaña de primavera. Hoy vamos de finca en finca para identificar lo que hay en cada una y tomar decisiones. Sabemos la importancia que tiene la cosecha de viandas, no solo para la población, sino también para los centros de Salud y ese es el reto, incrementarlas, hay que producir más”, comentó el directivo.

En ese sentido, enunció que a pesar de las restricciones por el virus SARS-CoV-2 existen convenios con diferentes provincias, las cuales surten con algunos suministros y suman ya cerca de 391 toneladas.

Desde Acopio, el comercial José Ríos informó con respecto a la producción de viandas que “estamos atravesando una situación difícil, pero continuamos inmersos en la tarea. Hasta la fecha hemos entregado más de tres mil 700 toneladas de varios productos a la población, en colaboración con otras provincias y mantenemos como prioridad los centros de aislamiento”.

El municipio de Jesús Menéndez contribuye de manera destacada con la entrega de alimentos a la cabecera provincial; suman muchas voluntades en los polos productivos, pero todavía no se ven las viandas en las tarimas agropecuarias. Las placitas están desabastecidas y se deben adoptar medidas para que el sistema de Acopio funcione de manera eficiente.

LA JUGADA PERFECTA

La producción de alimentos es una prioridad del Estado cubano y como bien lo ratificó nuestro presidente, Miguel Díaz-Canel, la agricultura tiene que convertirse en la principal fuente de alimentación, más aún en este complejo escenario de la Covid-19, agravado por las limitaciones que causa el férreo bloqueo económico impuesto a la nación.

En este empeño recae también la mirada de la ciencia y la técnica. No se puede sembrar por sembrar, porque no habrá rendimientos. Hay que utilizar las investigaciones y aplicar la ciencia a la realidad de Las Tunas.

Se logra una sostenibilidad alimentaria cuando se tiene en cuenta la conservación, protección y manejo sostenible del medio ambiente y en correspondencia se tracen pautas para que, considerando los impactos del cambio climático y la gestión de riesgos y desastres, existan medidas de adaptación y ello no afecte lo planificado.

El pueblo confía en los hombres y las mujeres del campo, hay que potenciar la actividad productora local para el abastecimiento, aprovechar los residuos industriales y desterrar de una vez la mentalidad exportadora. Es tiempo de hacer jugadas perfectas para ganar la batalla por partida doble: frente al nuevo coronavirus y garantizando el desarrollo del sector con un mayor encadenamiento agrícola.