Las Tunas.- Especialistas del grupo empresarial Laboratorios Biológicos Farmacéuticos (Labiofam) de Las Tunas laboran en el estudio y conservación de las poblaciones de escorpiones dentro de la zona norte de la provincia y el municipio de Jobabo.
Las investigaciones, que se realizan de conjunto con el Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (Bioeco) de Santiago de Cuba, pretenden detectar las áreas específicas de mayor número de arácnidos y centrar allí las acciones para evitar la caza indiscriminada y el uso indebido de su toxina para tratamientos de salud.
José Ángel Martínez Hernández, director ejecutivo de Producción, Negocios, Calidad y Desarrollo de Labiofam, refirió en declaraciones exclusivas a la Agencia Cubana de Noticias que el mapeo del hábitat de estos animales mostró la mayor población en la zona costera del municipio de Manatí, en el norte de Las Tunas, con otras menos pobladas en el interior y sur.
"Visitamos a un grupo de cazadores y mantuvimos conversaciones para concientizar sobre el impacto que tendrá a largo plazo la disminución de los escorpiones, pues forman parte de una cadena trófica con insectos y plagas en su alimentación, por lo que dentro de la fauna su pérdida sería severamente sensible", puntualizó Martínez Hernández.
Entre las medidas preventivas para evitar la extinción, agregó el especialista, está la formulación de un sistema de pago a los cazadores para incluirlos en los recursos humanos de la empresa, y lograr así que la actividad sea segura y sobre la base del cuidado a cada ejemplar que se extrae del medioambiente.
El alacrán, como comúnmente se le conoce, se reproduce en cautiverio para la extracción de la toxina del veneno como principio activo, con el fin de mejorar la calidad de vida en pacientes con cáncer u otra enfermedad con efectos inflamatorios.
Dentro de las producciones de la entidad figura la fabricación del producto homeopático Vidatox, a partir de estas toxinas, por lo que cada año se extraen del medio entre 400 y 600 ejemplares; sin embargo, Labiofam libera más de 14 mil, tras un período aproximado de 24 meses en incubación.
Los resultados del estudio permitirán, además, definir el comportamiento que tienen lo escorpiones una vez que regresan a su hábitat natural, su rendimiento y niveles de salud y, sobre todo, si estas áreas crecen o no, para la búsqueda de vías que garanticen mayores rendimientos.
