Majibacoa, Las Tunas.- En el corazón del municipio de Majibacoa, donde el sol irradia con fuerza sobre los paneles del parque solar fotovoltaico Blanca Rosa, Keilan Pérez Rodríguez ejerce con precisión y dedicación una labor fundamental: es la brújula que guía los recursos y la contabilidad de este proyecto energético estratégico.

Con 17 años de experiencia en la esfera económica, primero en la unidad empresarial de base (UEB) de la Empresa Eléctrica en Majibacoa y ahora en el parque solar, Keilan aceptó sin dudar el desafío. “Cuando me propusieron venir, estuve muy de acuerdo. Me gusta lo que hago, y era algo nuevo a lo que me dedicaría”, confiesa con una sonrisa serena.

Desde el 10 de marzo último, su jornada consiste en organizar, controlar y monitorear cada movimiento contable, con especial atención a los recursos procedentes de donativos chinos. “Es de gran importancia y vitalidad para nosotros este ejercicio. Chequeo el destino final de los recursos y mantengo al tanto al jefe del parque”.

Trabajar en un colectivo predominantemente masculino no ha sido un obstáculo, sino una experiencia de crecimiento mutuo. “Es un equipo muy bueno, siempre están pendientes de mí, porque soy la única mujer, y yo estoy al tanto de todo con ellos. Me gusta estar aquí, y en el terreno mirar, aprender. El respeto fluye de manera natural. Todo funciona bien”.

El respaldo de su familia ha sido clave. “Siempre me han apoyado en cada paso. Aquí he vivido días intensos y logros compartidos”.

Keilan no solo lleva las cuentas, sino también la certeza de que su faena, minuciosa y dedicada, es vital para que la energía limpia fluya desde Blanca Rosa hacia Cuba. Un ejemplo de entrega, adaptación y rigor en un sector clave para el futuro del país.