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Las Tunas.- Es un hombre de fe, alma buena. Quizás por eso los milagros del agua son una certeza para él o le vino la “alumbrada” para multiplicar panes y peces. No se jacta de las medallas y reconocimientos que lo acreditan como un anirista activo, destacado. Es feliz en ver la evolución de los pacientes que, con el agua tratada magnéticamente, logran sanar sus enfermedades crónicas o mejorar visiblemente las dolencias.

Muchos le agradecen el incansable espíritu investigador que lo llevó a recorrer esos caminos, así como el interés por poner sus saberes a favor de los demás. Jorge Luis Reyes Peña es transparente, comunicativo y un hacedor de luz.

No conforme con su Licenciatura en Teología apuntaló los sueños en los conocimientos alcanzados de técnico en Sistema Eléctrico Industrial y el área de la Informática y la Automatización.

“El agua tratada magnéticamente es el resultado de un proceso que consiste en pasarla reiteradamente a través de un campo magnético, a una longitud, intensidad, velocidad y tiempo determinados”, explica y puntualiza que “también se enriquece con oxígeno disuelto. Esto sucede de manera natural en el agua de lluvia, mientras atraviesa el campo magnético de la tierra.

“Dirigí la investigación a estudiar y demostrar el beneficio de consumirla, a partir de las propiedades que adquiere sobre las subterráneas o de origen superficial. Es decir, los procesos físicos y químicos presentes en la tratada magnéticamente permiten que un número de enfermedades y dolencias puedan prevenirse o sean curadas”, dice este tunero de hablar decidido y quien apuesta, desde la fe y el mejoramiento humano, por una Cuba como la soñó Martí.

LA MEJOR PATENTE ES LA GRATITUD Y LA SALUD DE SUS HERMANOS

En la Revista Cubana de Medicina General Integral, de noviembre–diciembre de 1997 (La Habana), se publicó un trabajo que testifica esos beneficios. Este fundamento y los análisis y experiencias logrados en la industria por Jorge Luis fortalecieron su idea de poner las virtudes del preciado líquido a favor de sus paisanos.

"Manos a la obra" se dijo un día. Hoy Enelio Pozo Muñagorry, Víctor Meizoso León, Yaquelín González Rodríguez, Jorge Cruz Aguilera, Raúl Zaragoza Torres y Uwerlín Leyva Córdova, le deben mucho a su perseverancia por aplicar esta alternativa en el terruño. Los resultados son alentadores: todos tienen evidente mejoría e, incluso, ya se puede hablar, con dos meses de tratamiento, de la desaparición de varíos síntomas permanentes asociados a sus patologías y diagnósticos.

Los argumentos médicos están ahí, en estudios posteriores al consumo del agua tratada magnéticamente. A Raúl Zaragoza Torres, por ejemplo, se le diagnósticó en el 2019 una hiperplasia prostática benigna y un cálculo de seis milímetros en el riñón izquierdo. A semanas de ingerirla comenzó a orinar sin dificultad. A los tres meses, un ultrasonido evolutivo demostró que la vejiga se vaciaba normalmente y el cálculo renal había desaparecido.

En las historias clínicas y de vida de los demás las evidencias actuales son contundentes. Desaparecieron los ardores oculares de Uwerlín y el lagrimeo de más de siete años. El ácido úrico bajó a niveles normales en Enelio y los dolores de los pies, ocasionados por la gota, no le molestan más. Hipertensión normal en Víctor, quien igual expulsó un cálculo y anda feliz sin sus pesares. Toďos recuperados. Para ellos esta agua es milagrosa. Los curó.

“Nos llamó la atención de manera curiosa el hecho de que ninguna de estas personas contrajo la Covid-19. Mis apreciaciones de lo aprendido al profundizar en los beneficios del agua con este tratamiento es que, por las características que adquiere en ese proceso, actúa como un tercer pulmón, porque al oxigenarse, este es absorbido por el organismo al entrar en contacto con la mucosa bucal y, luego, en el tracto gastrointestinal”, resalta Jorge Luis.

OTROS SECRETOS A VOCES

Las pasiones le sobran y una de ellas lo llevó a la literatura. Los premios recibidos alumbran el buen paso que tomó por los jardines de la décima, el haikus, los epigramas, el soneto, el sonetillo y el aforismo. Guarda lauros en predios municipales, provinciales, nacionales e internacionales. Su galardón en el Concurso Nacional de Soneto Antonio Borrego, convocado por la Uneac, lo acerca más a ese empeño que movió a su amigo Tony con la poesía... "sembrar semillas y, entre todos, hacerlas germinar". Por eso, este lauro le mueve el corazón.

SIN DESPUÉS PARA UN EPÍLOGO

Quizás nunca se aleje de la poesía como tampoco dejará de ayudar con su fe cristiana a todos cuanto pueda. De algo estoy segura en este breve encuentro con un hombre que es un innovador prestigioso y portador de varias medallas de la ANIR, junto a la “Abel Santamaría” y la de “Hazaña Laboral”: Jorge Luis luchará por extender sus investigaciones sobre el agua tratada magnéticamente.

Pienso entonces que vale su esfuerzo y que deberíamos ponerlo en práctica entre los tratamientos alternativos con resultados eficaces, más aquí, donde la contaminación de las aguas y los pozos son hechos reiterativos y donde, por demás, hay estadísticas que nos ponen de punteros en enfermedades mortales y crónicas.

Jorge Luis cree en los milagros de un proceso comprobado y sanador. Yo confío en que lo tomemos de la mano y echemos a andar. Con esta esperanza abierta, cada día, él visita a sus pacientes-amigos porque, en su decir, “me preocupan y ocupan las almas afligidas”.

 

 

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