Las Tunas.- El 2022 debe ser un buen año para los asociados a la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Romárico Cordero, del municipio de Colombia, en ellos está la voluntad de sacar provecho a la tierra y el compromiso de producir más alimentos para la población.
En esa afirmación no solo hay palabras. También hay vergüenza, responsabilidad y mucho esfuerzo compartido entre todos, pues unos más y otros menos, los campesinos se ayudan a salir adelante en medio de limitaciones económicas y la sequía que recrudece cada día más a la provincia de Las Tunas.
De eso sabe mucho Gustavo Gesto Morera, presidente de la CCS y responsable de su finca, quien define los retos individuales y colectivos con una sencilla frase: “Se tienen que tomar medidas con los incumplidores, quien no va a hacer producir la tierra no puede tenerla”.
O sea, hay que trabajar y eso implica levantarse en las madrugadas, cuida los animales y sembrarles su alimento, atender los cultivos, entregar lo pactado con el Estado y, especialmente buscar alternativas ante la falta de fertilizantes químicos y otros importantes insumos.
“La cooperativa marcha bien por el momento. Algunos asociados incumplieron porque tuvieron problemas con los nacimientos y eso afectó mucho. Pensamos crecer en la masa y en el acopio de leche, pues este año se incorporará un alto número de novillas que no estaban en el 2021.
“Ahora el pago de 20.00 pesos por litro es un estímulo a los ganaderos para incentivar el acopio. Queremos comprar más ganado e incorporarlo al ordeño y también tenemos que resolver la limpieza de las tierras, hay algunas áreas que no están explotadas al ciento por ciento”.
La “Romárico Cordero” es una unidad ganadera; pero actualmente sus integrantes diversifican las producciones, no solo con los pastos y forrajes, que se dará a las reses, sino con viandas y granos, entre otros renglones.
“Hay un amplio grupo de campesinos que se están sumando a esto. Incluso, a la siembra de arroz para su autoconsumo y así evitan tener que comprar ese alimento a precios muy caros”.
Incorporados al Proyecto de Apoyo a la Intercooperación Agropecuaria, Apocoop, los integrantes de la unidad recibieron diversas acciones de capacitación y un molino que está en funcionamiento para procesar parte del alimento que consumen los animales.
“Ya está moliendo. Lo ubicamos en mi vivienda porque todavía no tenemos instalada la corriente de 220 voltios en las tierras de uso colectivo. En su momento lo pondremos allá; pero ahora los productores vienen y lo usan para desmenuzar caña, maíz, pescado seco y otros.
“Apocoop nos ha beneficiado y debe continuar. Sabemos que hay otros recursos que quizás en algún momento nos lleguen. Necesitamos sistemas de riego, que es lo que está pidiendo la gente para incrementar los sembrados. Tenemos corriente eléctrica y buenos pozos; mas solo dos sistemas en la cooperativa”.
En la unidad se ha visto una transformación, a pesar de la enfermedad de la Covid-19 y de la escasez de combustible, otro asunto que los afecta de manera significativa. No obstante, mantienen su disposición de producir mayor cantidad de alimentos, como es el caso de Gesto Morera.
“Tengo 69 cabezas de ganado y debo incorporar 13 novillas más al acopio de leche, por lo que pienso llegar a 20 mil litros. Este año sí creo que nos vamos a comer a algún animal si se cumplen los planes y no tenemos muertes. Espero que no haya problemas”.
