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La atención médica de los ancianos es una prioridad.

Jobabo, Las Tunas.- El Hogar de Ancianos del sureño municipio de Jobabo se mira diferente; tal vez sus adultos mayores sean los mismos, pero su construcción tiene un rostro renovado, que vale la pena contemplar.

No hace mucho este sitio fue protagonista de una reparación constructiva, pues según asegura Yordan Rivero Rovaina, director de Salud en la localidad, se revitalizó toda la red hidrosanitaria, pusieron tazas nuevas, compraron ventiladores para los cuartos que los necesitaban y se cambió el ciento por ciento de las camas. Además, adquirieron asientos para sus 34 abuelos.

“Se reanimaron las oficinas, el falso techo y pintaron todo el local por dentro y por fuera. Ya el centro cuenta con una lavadora nueva, que era una de nuestras preocupaciones. De igual manera, se enchapó y mejoró la cocina; es decir, tuvimos una reparación de casi toda la instalación”, argumenta el directivo.

Una inversión de unos tres millones de pesos acompañó cada cambio realizado. Se suman los donativos de aquellos pobladores que sienten un alto compromiso con el bienestar de sus ancianos.

La renovación del Hogar fue respaldada por una inversión de alrededor de tres millones de pesos.

Las mejoras salariales que ha vivido el sector de la Salud en Cuba han permitido, a su vez, una mayor permanencia del personal médico y de Enfermería en la institución. “Ya contamos con un médico asistencial, además de la directora del hogar, que está cumpliendo sus funciones como médico”, explica el directivo de Salud en el territorio, quien añade que el mayor problema ahora mismo lo presentan en cuanto al completamiento de las capacidades de limpieza y asistentes de Enfermería.

Liedsi Escalona Segura es la doctora asistencial de esta institución. Tiene a su cargo 14 abuelos hipertensos y tres diabéticos; tal vez parezca un ambiente poco complejo, pero cuando se trata de adultos mayores los cuidados deben extremarse, porque una simple caída puede representar una fractura de cadera.

La galena explica que estas fracturas pueden acarrear otras patologías, por tanto, deben multiplicar las atenciones. Asimismo, refiere que entre las enfermedades comunes se encuentra la demencia senil, propia de los adultos mayores.

El ambiente en el que conviva este grupo vulnerable resulta fundamental. De ahí que las mejoras concretas en cuanto a la calidad de vida se traduzcan en mayor satisfacción de nuestros ancianos.

                                                                                           MÁS QUE CUIDAR, AMAR

El cuidado de los abuelos es una obra de infinito amor.

Para la doctora Amalia Hernández Figueredo toda esta reanimación es motivo de júbilo y asegura que el colectivo lo agradece, porque no solo mejoraron las condiciones de vida de los abuelos, sino también las de trabajo.  

Amalia alega que tratar con estas personas es una obra de paciencia, pues muchos no están ya en la plenitud de sus capacidades mentales. “Entonces debemos intentar llegar a ellos, sobrellevarlos y hablarles varias veces hasta lograr un entendimiento”, expresa.

La administración de un hogar de este tipo entraña un compromiso admirable, más en los tiempos que corren, en los que las carencias están a la orden del día y estos espacios deben, por sí mismos, buscar un porcentaje de la alimentación diaria.

David Betancourt Vera es la persona a cargo de administrar la alimentación de estos abuelos y hace énfasis en el acompañamiento que ha recibido de las autoridades locales, sobre todo de la Dirección de Salud.

“Recibimos también ayudas vitales; en el municipio hay gente admirable que nos dona alimentos necesarios. Contamos con el apoyo de cooperativas, trabajadores por cuenta propia, que siempre nos contribuyen con aceite o con algún animal”, argumenta.

Con los alimentos sobre la mesa, entonces nos corresponde preguntar a David sobre cuál es el sistema elaborado internamente para preservar la obra constructiva realizada. “Tenemos un sistema de trabajo diario, de chequeo, con los relevos de las guardias, que toca inspeccionar. A mí se me informa qué pasó la noche anterior y hasta ahora no hemos tenido problemas.

“También nos corresponde una ardua labor de conciencia. Cuando alguno de los ancianos se orina, entonces hay que cambiar las sábanas al momento, para que no se deterioren la cama o el asiento en el que se encuentre”, puntualiza.

Trabajar con adultos mayores entraña una obra de infinito amor. Son personas con historias por contar, costumbres, mañas, con un carácter fuerte muchas veces; y que hoy en Jobabo se cuente con un espacio donde puedan envejecer en condiciones propicias habla de cuotas de amor desbordadas por todos lados.