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medicina

La Habana.- Desde tiempos remotos, cuando aún la medicina era un camino por recorrer, ya nuestros antepasados acudían a la naturaleza para combatir muchos males del cuerpo y también del espíritu.

La primera referencia histórica de que se tiene noticia sobre el uso y beneficio de las plantas, se remonta al año 3500 antes de Cristo, en una tabla de arcilla de la región de Sumeria, Oriente Medio, antigua Mesopotamia y actual república de Irak.

Posteriormente, su consumo se extendió a los asiáticos, los egipcios, los hebreos, los griegos y los romanos, hasta llegar al siglo XX, cuando resurge con fuerza el tratamiento basado en productos de origen vegetal, nombrado fitoterapia .

Algunos artículos de Internet sobre el tema refieren que actualmente cerca del 80 por ciento de la población mundial recurre a las plantas con fines terapéuticos, en cualquiera de sus diversas presentaciones.

Puede asegurarse que la aparición de la pandemia de Covid-19 ha generado un boom en el consumo de infusiones, ante la creencia de que ellas son buenas para prevenir o combatir el virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad.

Aunque es reconocido por la ciencia el beneficio de las bebidas naturales a partir de hojas, raíces o frutos de algunas plantas para combatir el frío, ayudar a la relajación, propiciar un sueño más saludable, contribuir a una buena digestión, favorecer la hidratación y contrarrestar la retención de líquidos, entre otros efectos, no está probado que ninguna de ellas tenga un resultado efectivo frente a la Covid-19.

Sin embargo, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) concuerda con otros expertos en que algunas propiedades de las plantas pueden fortalecer el sistema inmunológico y aliviar los síntomas del virus.

Esperanzadas tal vez en tales consideraciones, son muchas las personas que acuden a las tisanas, jarabes y tinturas, fundamentalmente para combatir la tos, el dolor de garganta y otros indicios virales.

Entre las recetas que hoy se transmiten de forma oral entre amigos y vecinos, resaltan los cocimientos a base de tilo, manzanilla, cúrcuma y eucalipto, en tanto otros recomiendan para ese fin las hojas de plátano, de guayaba y la moringa.

Aunque está más que demostrado que ninguno de estos remedios posee un efecto preventivo ni curativo, frente a una enfermedad tan agresiva y letal como la Covid-19, tampoco se niega el resultado que pueden tener para aliviar la tos y calmar las membranas mucosas irritadas.

Hoy se conoce que el eucalipto estimula el buen funcionamiento del sistema inmune y es usado como antiséptico y desinfectante ante procesos virales y bacteriales, por lo que es muy recomendado para aliviar resfriados y otras afecciones respiratorias.

Asimismo, la hoja de plátano puede ayudar a calmar la tos seca al generar la producción de moco en los pulmones, mientras que la moringa aumenta la capacidad respiratoria para combatir enfermedades como el asma, tiene efectos antinflamatorios y analgésicos y protege el corazón, evitando la absorción de colesterol en el intestino y la formación de placas de grasa en las arterias.

Sin embargo, no está demás reiterar que ninguna terapia alternativa puede sustituir la adecuada prevención mediante el cumplimiento de las medidas higiénicas y sanitarias para evitar el contagio y en el caso que llegara a ocurrir, la visita inmediata al médico, pues un diagnóstico temprano resulta decisivo para salvar la vida.

Una verdad salta a la vista: el nuevo coronavirus ocupa hoy a la comunidad científica internacional y hasta ahora no existe ningún fármaco infalible ni ninguna vacuna que exima ciento por ciento de padecerlo, así que usted elige.