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Puerto Padre, Las Tunas.- El arribo al aniversario 40 del Banco Popular de Ahorro (BPA), fundado el 18 de mayo de 1983 con la encomienda de crear una cultura bancaria en la población, significa motivo de celebraciones. Para los trabajadores de la sucursal de Puerto Padre, las alegrías se multiplican, pues por tercera vez en la historia resultan galardonados como “Colectivo Distinguido Nacional”.

En un repaso a lo que constituyó el 2022, Javier Torres Ávila, secretario de la Sección Sindical, reconoce el hacer de sus compañeros, quienes se crecieron ante los desafíos. “Un calendario muy difícil para el país, con una contingencia energética muy grande, además de la etapa final de la covid-19, pero logramos hacernos con la distinción dado el esfuerzo, dedicación y responsabilidad de todos, el trabajo en colectivo en aras de mantener una atención de excelencia y prestando los servicios que necesita la población”.

La hazaña laboral nace con la huella de muchas personas. En el edificio verde de la Villa Azul, puertas hacia adentro, el calor humano simplifica trámites, mientras las buenas prácticas marcan la cotidianidad. Las páginas de 26, a través de la tinta, dibujan el obrar de los protagonistas.

“Me siento muy orgullosa de pertenecer al BPA, creo que si volviera a nacer, volvería a elegir este camino. Es la gran familia para nosotros; los problemas de los demás se vuelven nuestros también, así lo sentimos”, con la convicción de su profesar, Oraida Rodríguez Leyva, comercial de negocios, señala el secreto del éxito.

BPA PP Oraida Rodríguez Leyva

En palabras de una mujer con la experiencia de vivir las más radicales transformaciones, Oraida desanda entre los recuerdos, en busca de esos horizontes por donde ha transcurrido su labor.

“Me gradué en junio (1985) e inmediatamente comencé en el banco. Me pasé seis meses aprendiendo, sin ganar salario ni nada, solo para instruirme y desde entonces llevo 38 años. He pasado por diferentes puestos vinculados con la atención a la población. Como mi hermana también se desempeñaba aquí y era gerente contable, no podía asumir un cargo por cuestiones de nepotismo. Antes se desarrollaban los papeles de manualmente. Con aquella cantidad de expedientes, además de los submayores, que cada cuenta llevaba uno, se tenían que hacer de esa manera. Luego, cuando avanzamos hacia la digitalización, tuvimos que pasarnos noches enteras para ubicar esos archivos al sistema”.

Con la destreza de cuatro décadas enrolada en las faenas monetarias, Inés María Garrido Santos, diseñadora en la entidad económica, si bien piensa en el retiro, la responsabilidad por el acertado proceder la mantienen en vilo durante cada jornada.

“Con solo 18 años de edad llegué, sin saber a lo que me iba a enfrentar y gracias a mi esfuerzo y el de mi familia hemos podido conseguir el sitio donde estamos hoy. Inicié en la asistencia al público con el otorgamiento de créditos para televisores y refrigeradores, la gran demanda de la época. Ha sido una trayectoria muy bonita, en la que lo que más me ha gustado es la atención a la población y he tratado siempre de que se vayan satisfechos de los servicios que ofertamos. Estoy a punto de jubilarme y no sé cómo lo voy a aceptar, pues ha sido mucho tiempo”.

No obstante, Inés María cuenta con la sapiencia de un relevo garantizado. Las circunstancias la condujeron a fungir de profesora y el pasar de los días, a la vista común, le planta el fruto de sus enseñanzas. Lilianni Rojas Peña figura como uno de esos nuevos rostros, con sed de conocimientos y los deseos de preservar el legado de quienes le antecedieron.

BPA PP Lilianni Rojas Peña

“Apenas llevo dos meses y me he sentido muy bien con la atención que me han brindado. Aún estoy en proceso de capacitación. Es un quehacer muy transparente, exquisito y espero mantenerme bastante. El colectivo me acogió muy bien, todos dispuestos a enseñarme. En estos momentos me encuentro como custodio bancario en el Fondo Operativo en Bóvedas, lo cual es una responsabilidad muy grande, pero he ido adaptándome poco a poco y pienso dar lo mejor de mí. Te cautiva, una vez que entras, no te quieres ir, aprendes mucho y te sientes útil”.

En cuadro apretado, el personal financiero agrupa voluntades con la mirada puesta en cumplir con los objetivos trazados. En dicha aspiración, muchos molinos se presentan en el panorama contemporáneo, aun así la apuesta radica en solucionar los problemas de los clientes.

RENOVARSE DESDE LA DIRECCIÓN

A los 29 años en la dirección de la filial puertopadrense, por parte de Idania Rodríguez Rojas, le respaldan un semblante aún joven y la concepción de transitar acorde la modernidad social. El liderazgo de Idania la convierte en la dirigente con mayor perÍodo de mandato en la provincia.

“Los tiempos cambian, el entorno y la mentalidad también, y hay que evolucionar con ellos, realmente creo que me está costando más dirigir en estos tiempos que cuando inicié. En sentido general, conozco a todo el colectivo, lo cual es fundamental para guiarlos bien, llegar a ellos y tener un resultado como el de ahora.

Casi todos los momentos de transformación en el banco los he vivido: el proceso de transferencia de la vivienda, la automatización del banco, la despenalización del dólar, la revolución energética y la nueva política bancaria en beneficio de los cubanos”.

En una mirada a las andanzas de tantos almanaques, Rodríguez Rojas encuentra la clave del triunfo en los “trabajadores fundadores que han ayudado a formar las nuevas generaciones. Son muchas las cuestiones que deben cultivarse en un obrero para que este se encuentre en condiciones de enfrentar las dinámicas productivas. El Sistema Bancario se caracteriza por tener manuales muy perfectos, lo tenemos todo escrito, por eso le digo a los nuevos integrantes que sus mejores profesores son esos manuales de procedimientos, por ahí pueden capacitarse y dotarse de los conocimientos necesarios para el buen desempeño de sus funciones”.

BPA PP Idania Rodríguez Rojas2

Las pasiones irrumpen en la mirada de la villazulina y el premio al sacrificio acompaña la grata salida de los usuarios. En tanto, la voz entusiasmada escolta el bosquejo del pasado al presente.

“Trabajar tantos años nos hace crecer profesionalmente, cada día aprendemos algo nuevo y todo este tiempo me ha servido para desarrollarme también socialmente, a relacionarme mejor con las personas. Ni siquiera pasa por mi mente el hecho de no trabajar en el banco, pues mi aspiración es jubilarme con este uniforme, para lo cual faltan tres años, y hacerlo desde cualquier puesto, pero siendo bancaria, me sentiría satisfecha de todas maneras. Mi vocación es la economía y el banco es mi vida”.

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