“Colombia”, Las Tunas.- La finca Los Manantiales, del municipio de Colombia, en la provincia de Las Tunas, es como un río de esperanzas en cuyo cauce se concretan los sueños de un colectivo laboral y de todo un pueblo que aprecia los alimentos que allí se cosechan.
Son poco más de 13 hectáreas que estaban improductivas, perdidas entre marabuzales y malezas. Pero desde hace apenas un año en ellas comenzó una transformación que no se detiene para beneplácito de los cuatro trabajadores permanentes y de los residentes en el sureño territorio.
Al frente de todas las tareas está Jesús Rodríguez Lay, un hombre que se entregó en cuerpo y alma a la recuperación del lugar para la producción de alimentos y que ya cosecha resultados en forma de granos, frutas, viandas y hortalizas, además de la satisfacción por la misión cumplida.
“Estas son tierras de la empresa agroindustrial Colombia y están en función del pueblo porque lo que aquí se produce se comercializa en las ferias agropecuarias que se realizan los sábados o para mejorar la alimentación en los mercados del Sistema de Atención a las Familias.
“También estamos vinculados al proyecto de colaboración Alimentación Escolar Sostenible, que interviene en varios centros externos del sector de la Educación, y apoyamos comunidades vulnerables, centros de trabajos y otras entidades, según se decida”.
Cada día hay cambios perceptibles en “Los Manantiales”, excepto en el mangal que desafía el tiempo y que, al mediodía, acoge a los trabajadores para un rato de descanso. Ahí, bajo esos árboles ultiman detalles, organizan las tareas y establecen prioridades.
“Nosotros trabajamos todo el tiempo en la limpieza de las áreas y su rápida siembra para no perder tiempo y aumentar los rendimientos. Eso es evidente en lo que ya hemos cosechado, que son varios renglones: boniato, yuca, ají pimiento, cebolla, tomate y col.
“Tenemos yuntas de bueyes para roturar la tierra y se nos va el día en guataquear y atender los cultivos. Muchas veces regamos de noche o madrugada porque lo hacemos cuando hay corriente. Lo mejor es que tenemos turbinas y un pozo muy bueno en la finca. Además, estamos esperando un sistema de riego de paneles fotovoltaicos”.
A la vez que crecen las plantas y las cosechas, se consolida la confianza del colectivo porque demuestran que no hay imposibles cuando de verdad se pone interés en convertir lo ocioso en productivo. Los premios llegan con mejoras económicas para ellos y sus familiares.
“Aquí decidimos trabajar con mucha dedicación y por eso estas tierras no se parecen a las que recibimos. Los trabajadores están contentos. Ellos son de aquí mismo, de la zona, y han visto el cambio. El compromiso es que cada día esta finca vaya para adelante.
“Casi siempre su salario oscila entre 12 mil y 14 mil pesos. Pero han llegado a cobrar hasta 20 mil, en dependencia de las producciones y las ventas. También tienen la posibilidad de llevar para sus casas algunas de las cosechas, y eso es beneficio para la familia y el hogar”.
El espíritu transformador siempre está presente entre los obreros. Inicialmente construyeron una moderna casa de posturas, que produce todo el año, para garantizar las plantas que demanda la propia finca, y el resto se le vende a la Granja Urbana.
“No nos detuvimos con eso. Cuando el primer secretario del Comité Central del Partido, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, estuvo aquí, nos comprometimos a terminar la casa de cultivo tapado para tener producciones de hortalizas todo el año. Ya está hecha, en movimiento de tierra y montaje del sistema de bombeo.
“Queremos completar 8 hectáreas de plátano macho y seguir cambiando esto. Para eso necesitamos incrementar la fuerza de trabajo y la idea es buscar más personas aquí en el caserío. Cuando estemos completos, los resultados serán mayores. Ya verán”.
Los manantiales no siempre son de agua. A veces, como es el caso de esta finca del municipio de Colombia, constituyen una chispa para multiplicar ejemplos y actitudes. Y para demostrar que, por más difíciles que sean las circunstancias, el amor y la voluntad pueden transformar cualquier espacio.