Las Tunas.- Después del apoyo al enfrentamiento a la Covid-19 y de la zafra, la siembra de caña es la otra tarea de mayor envergadura que enfrenta la agroindustria azucarera en Las Tunas.
Téngase en cuenta que para el primer semestre la superficie por plantar supera las 10 mil 800 hectáreas, objetivo que demanda de un colosal esfuerzo, del aprovechamiento óptimo de los sistemas de regadío y de cada oportunidad que dé el clima.
El apremio se entiende mejor, si analizamos que hasta la fecha han sellado 524 hectáreas, el 68 por ciento de lo previsto para el cuatrimestre de enero-abril. Salvo Majibacoa que ya sobrecumplió su compromiso, los restantes territorios deben emplearse a fondo.
Al respecto, el ingeniero Danilo Infante Morales, jefe del Grupo de Caña en la Empresa Azucarera, reconoció que la situación más crítica, incluso, con peligro de incumplir el programa de enero-abril, la presentan Manatí y “Amancio”.
En cuanto al desarrollo de la zafra, cabe señalar que, pese al cúmulo de imponderables que inciden en las bajas moliendas y la eficiencia agroindustrial, Las Tunas continuará sumando azúcar hasta que el clima lo permita y económicamente sea factible.
Ya dos de sus tres centrales en campaña -Antonio Guiteras y Majibacoa- figuran entre los más productivos de Cuba, al sobrepasar las 50 mil toneladas de azúcar producidas.