
Las Tunas.- En el 2024 creció la violencia contra las mujeres en Las Tunas. Con eso bastaría para preocuparse y, sobre todo, ocuparse del asunto. Según el informe del Observatorio de Cuba sobre Igualdad de Género, adscrito a la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), durante el año pasado nuestra provincia contabilizó 22 casos de violencia por razones de género, dos más que en el 2023, pero el doble de la media nacional. Tenemos un problema, de eso no cabe duda; pero, ¿por qué?
Desde 26 le preguntamos a nuestro público su opinión sobre cuáles serían las causas de que continúen ocurriendo e incluso se incrementen hechos absolutamente condenables como esos. Aunque la muestra no es estadísticamente representativa, sí da a conocer percepciones que merecen ser analizadas porque señalan otras realidades por tener en cuenta.
La mayoría de quienes contestaron nuestro sondeo, el 72 por ciento, estuvo de acuerdo en que las leyes actuales sancionadoras de delitos de este tipo o son insuficientes o son poco severas. ¿Necesitamos más reformas legales en este sentido? ¿Deberían tipificarse mejor los delitos sexuales? ¿Requerimos de procesos judiciales más ágiles y más protección a las víctimas? Este es un debate abierto, dentro del cual nuestros lectores consideran que sí.
Otra cantidad apreciable de los encuestados, entre el 46 y el 55 por ciento, le atribuyeron el mencionado aumento a la falta de denuncias. ¿Miedo a represalias?, ¿desconfianza en las instituciones?, ¿estigmatización social? Tal vez sí. De hecho, en la más reciente sesión del Parlamento cubano, los diputados manifestaron cómo, todavía, cuando una mujer se llena de valor y denuncia una agresión, aún le preguntan: “¿Y qué tú hiciste?”. Como si hubiera una razón que justificara el golpe, el grito…, la humillación.
Las propias respuestas de nuestra encuesta sacaron a la luz la cultura machista que nos rodea, esa que premia a los varones con “muchas novias”, pero que se horroriza cuando ellas se preguntan ¿y si hubiera sido yo? Con acierto, varios internautas señalaron que el camino a la violencia inicia cuando se les ve como una “cosa” o como “algo” que debe poseerse. No obstante, asusta que algunos, porciento pequeño, pero basta uno para inquietarse, estimaran que “ellas se lo buscan”; en una clara señal de que persiste la censurable culpabilización de las víctimas.
Es alentador que podamos estar hablando de temas alrededor de los cuales hasta hace relativamente poco tiempo se miraba hacia otro lado. Poner en su justo lugar las agresiones, físicas o no, por razones de género no instiga su perpetración. Al contrario, enseña a la opinión pública a lidiar con situaciones aún en demasía presas del “entre marido y mujer nadie se debe meter”.
Ya tenemos un Observatorio Cubano sobre Igualdad de Género que da a conocer, además, la evolución de los femicidios y en general la violencia por razones de género en nuestro país. Convendría pensar en también tener esos datos a escala de provincia e incluso de municipio, para identificar y, especialmente, prevenir con más precisión algo que no debería existir como agredir a una mujer solo por serlo.

