
Las Tunas.- Al calor de un provechoso análisis multisectorial, mediado por el acompañamiento de la Universidad de Las Tunas, esta semana se realizó en el territorio una reunión de trabajo con las principales coordinadoras del proyecto Apoyo a la Respuesta Nacional a la Violencia Basada en Género en Cuba, que se han propuesto conocer en qué momento operativo se encuentran los municipios que forman parte de este esfuerzo en el país.
Mayra Díaz García, en representación del Secretariado Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), explicó a 26 que este proyecto de cooperación internacional que lidera la FMC busca apoyar la implementación de la Estrategia Integral de Atención y Prevención a la Violencia de Género, aprobada en el país, y también la implementación del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PAM), dos políticas públicas que necesitaban de un impulso técnico y económico.
A través de una profundización de la mirada local de los procesos, el proyecto pretende accionar en el área de los servicios, fortaleciendo los que ya existen como el trabajo de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), del Ministerio de Salud Pública; el desempeño del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, de los centros de investigación que aportan datos estadísticos y trabajando en la articulación, sobre todo, de esas instituciones.
“Abarcamos cuatro municipios de la provincia: Amancio, Jobabo, Jesús Menéndez y Las Tunas. También se intenciona la generación de datos e información que desconocemos, la creación de capacidades y lograr una estrategia de comunicación con impacto, que visibilice la realidad de cada territorio”, aclaró Díaz García.
Por su parte, Lisandra Esquivel Cabezas, asociada del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), enfatizó que se procura “no solamente perfeccionar la atención que se da de manera sectorial, sino articular a esos diferentes actores para que se logre brindar a las víctimas de violencia de género una atención integral e integrada.
“Ahora mismo estamos inmersas en una de las primeras acciones vinculadas con esta área de trabajo: realizar diagnósticos municipales, que nos ayuden a entender en qué situación se encuentran hoy los 40 municipios en los que actuará el proyecto en relación con la violencia de género.
“De ese diagnóstico que realiza la fuerza de trabajo concebida en cada localidad conoceremos cuáles son las creencias populares, los estereotipos, los mitos que están hoy incidiendo en esas prácticas machistas, discriminatorias, existentes en las comunidades; pero también con la mirada hacia los servicios. ¿Hasta qué punto los que hoy tenemos sectoriales están en condiciones de responder a la situación de violencia de género en los territorios?
La coordinadora del UNFPA señaló la importancia de la aplicación de las herramientas metodológicas para conocer los recursos humanos capacitados, especializados y sensibilizados en la temática de la violencia de género, y el alcance real de la articulación entre instituciones para poder dar una respuesta integral y efectiva.
“Uno de los objetivos que se ha propuesto el proyecto es lograr un servicio integral e integrado, en los 40 municipios, pero la decisión del país es que después estos se puedan replicar en el resto de los territorios. Estamos hablando de un centro adonde puedan dirigirse las personas víctimas de violencia y reciban, en el mismo espacio, las atenciones que requieren.

“Crearemos un equipo de trabajo que no sea voluntario y que alcance una permanencia en un lugar identificado. Desde allí mapeará cuáles son los servicios del municipio que tienen que activarse cuando hay una situación de violencia y que tengan esa articulación constante con cada una de las instituciones, para que fluya de una mejor manera la atención y se acompañe a esa víctima desde el principio hasta que consiga rehabilitarse.
“El resultado óptimo, cuando ese servicio se consolide, será tener un recurso humano ya más capacitado, que entonces sí radiquen en un mismo lugar tanto la denuncia de la Policía como la atención médica. Vamos, poco a poco, avanzando en esta línea de trabajo, que se extenderá hasta el 2029”, acotó Esquivel Cabezas.
El proyecto, que ya cobra fuerza en la realidad tunera, está siendo apoyado técnica y financieramente por la UNFPA, con fondos movilizados del Gobierno de Canadá. Como parte importante, destaca también la participación activa del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana (Cedem).

