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Las Tunas.- La Asociación Nacional de Amistad Italia-Cuba anunció este viernes la recaudación de más de 50 mil euros en una campaña destinada a apoyar el sistema electroenergético del Archipiélago. Es un primer éxito que refleja la sólida solidaridad con el pueblo cubano. Bajo el lema “¡Vamos a encender la luz en Cuba!”, la campaña Energía para la vida logró su objetivo inicial gracias a la contribución de personas, asociaciones y organizaciones en toda Italia. Los fondos se destinarán a la compra de productos esenciales para el funcionamiento de escuelas, hospitales, centros de trabajo y culturales.

Polo productivo San Alberto, en la comunidad rural homónima, en "Amancio".

"Amancio", Las Tunas.- La comunidad rural de San Alberto, en el municipio de Amancio, podría convertirse en el mayor polo productivo del sureño territorio, pues las unidades que allí radican suman unas 200 hectáreas (ha) y existe la posibilidad de llegar a 300 a largo plazo.

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Las Tunas.- Los tuneros no hubieran querido colmar la plaza cultural Armando Hart de esta ciudad oriental para, en tribuna abierta, denunciar el genocidio sionista en Gaza; pero han pasado dos años y no se ha detenido una de las mayores matanzas conocidas por la humanidad en el pasado reciente, por lo que se hizo obligado, de nuevo, salir a denunciar el crimen. “Una vez más, una representación del aguerrido pueblo de Las Tunas dice hoy, más firme que nunca, no al genocidio”, se expresó desde la tribuna.

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Las Tunas.- Las dos veces que he entrevistado a Carlos Alberto (Tin) Cremata en visita a Las Tunas con La Colmenita, he sentido el dolor de su alma cuando menciona al padre, una de las víctimas del atentado terrorista al vuelo CU-455. Cada 6 de octubre su rostro apesadumbrado me viene a la memoria como recordatorio visceral de esas 73 vidas apagadas en plena flor de la juventud, aquel fatídico día de 1976.

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Las Tunas.- La entrevisté en su casa cuando ya ella transita por la octava década. Toqué a su puerta y vino hacia mí, entre confundida y curiosa. ¿En qué puedo servirle?, me preguntó, humilde. Cuando le hice saber mi intención, sonrió y me invitó a pasar. Ella, que tanto café despachó durante décadas en la cafetería Oquendo, se excusó con un "disculpe, señor, pero ni café tengo para brindarle".