Las Tunas.- ¿Por qué debemos esperar a que un operario de vectores llegue a nuestra casa a detectar la larva del mosquito Aedes aegypti en un tanque de agua, en una taza sanitaria o en una botella mal ubicada en el patio? Así reflexionó el doctor Aldo Cortés González, vicedirector del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología (CPHEM), al referirse a la situación que hoy presenta la provincia con el vector.
“La mayor cantidad de focos están en las viviendas y los podemos destruir con las medidas de autofocal familiar. Tenemos que actuar con responsabilidad, pues nuestro clima es propicio para la propagación del Aedes y de todos depende disminuir los índices de infestación”, apuntó.
La lucha contra este enemigo no es cuestión de días, semanas o meses. Y eso bien lo saben los tuneros. Aquí se libra una batalla constante todo el año, y el mínimo descuido pesa en la salud de todos. La experiencia de tantos años ha demostrado que no bastan las estrategias sanitarias y gubernamentales si no se previene en el principal frente: los hogares.
En el recién concluido 2020, Las Tunas no reportó transmisión de dengue ni de otras enfermedades transmitidas por el insecto. De acuerdo con el doctor José Ángel Martínez Rodríguez, subdirector de Vigilancia y Lucha Antivectorial del CPHEM, en lo que va de año se percibe una disminución de los focos, de los cuales el 70 por ciento se localiza en recipientes para almacenar agua.
No obstante, dijo, el personal labora en la transformación de los riesgos y en este sentido es esencial la contribución de la población. Sería lamentable que, en medio del panorama del territorio con el rebrote de la Covid-19, se generara una epidemia de dengue o de otras arbovirosis.
Muchas familias han sufrido las consecuencias de la picadura del mosquito y aun así prevalece la dejadez, la irresponsabilidad y la falta de conciencia. Ciertamente, nadie quiere enfermar, pero en medio de las rutinas diarias, no pocas veces se olvida que la ofensiva contra este rival es cotidiana y acciones muy sencillas pueden salvarnos la vida.