El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hizo hoy su primera aparición pública tras abandonar la carrera por la reelección desde la Oficina Oval, con un discurso a la nación en el que pidió salvar la democracia.
Biden dijo que las elecciones del 2024 serán como determinar "entre avanzar y retroceder, entre la esperanza y el odio", al abordar públicamente ante las cámaras de Televisión su decisión de hacerse a un lado en la campaña.
"Reverencio este cargo. Pero amo más a mi país. Ha sido el honor de mi vida ser su presidente. Pero lo que está en juego es la defensa de la democracia y es más importante que cualquier título. Saco fuerzas y encuentro alegría al trabajar para el pueblo estadounidense", añadió.
El mandatario consideró que, por su historial en el cargo, liderazgo en el mundo y visión para el futuro de Estados Unidos merecía otro mandato, pero "nada puede impedir la salvación de nuestra democracia, y eso incluye la ambición personal".
"Entonces -dijo-, he decidido que la mejor manera de avanzar es pasar la antorcha a una nueva generación. Esa es la mejor manera de unir a nuestra nación".
Biden cedió a la creciente e indetenible presión de los demócratas para que abandonara la contienda y el domingo, al renunciar a través de una carta publicada en la red social X dio su apoyo a la vicepresidenta Kamala Harris para ocupar el lugar de candidato del Partido.
Su salida la precipitó el pobre desempeño que tuvo en el debate presidencial del 27 de junio con su rival republicano, Donald Trump.
Harris ya cuenta con el apoyo de más de dos mil 500 delegados que asistirán del 19 al 22 de agosto a la Convención Nacional Demócrata en Chicago, una cifra que supera ampliamente el umbral requerido de los mil 976 para lograr en el 2024 la nominación de los azules (color que identifica al Partido).
Según los informes, la también exfiscal general de California y exsenadora recaudó en las primeras 24 horas siguientes al anuncio de Biden más de 80 millones de dólares para su campaña, un número récord.
El Comité Nacional Demócrata tendrá que confirmar a su candidata antes de que comience la convención presencial en pocas semanas, y específicamente previo al 7 de agosto, un paso fundamental para garantizar el acceso a las urnas en todos los estados y evitar el riesgo de litigios.
Harris, de 59 años de edad, abrió con buen pie este nuevo reto que, de ser finalmente nominada, la enfrentaría a Trump, de 78, lo que podría convertirse en una de las campañas más feroces quizás en la historia electoral de Estados Unidos.
La vicepresidenta en este nuevo escenario muestra que podría aportarle vigor a la campaña demócrata y atraer más a jóvenes, negros y latinos, incluso a los indecisos que aspiran a otra generación de líderes.