
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, viaja hacia los Estados Unidos, donde está previsto que se reúna mañana con el presidente estadounidense, Donald Trump, en Florida, confirmó a EFE un portavoz de su oficina.
Será la quinta vez que se reúnen los dos mandatarios en los EE. UU. desde el regreso del republicano a la Casa Blanca en enero y, aunque no hay una agenda pública, se espera que aborden el avance hacia la fase dos del alto al fuego en Gaza y la supuesta amenaza para Israel de Irán y Hizbulá.
Netanyahu, que según la prensa israelí no viaja con periodistas, conversará con Trump en su mansión de Mar-a-Lago, en Palm Beach, donde se prevé que el republicano le exija avanzar en el alto al fuego que los EE. UU. ayudaron a materializar el pasado octubre, gracias al cual Israel dejó de bombardear Gaza y replegó sus tropas a la denominada línea amarilla.
La segunda fase del plan de paz de Trump, de 20 puntos, que podría comenzar a mediados de enero, exige el desarme de Hamás y el establecimiento de una fuerza internacional de estabilización, así como la retirada total de las fuerzas israelíes de Gaza y un gobierno de transición.
Según el periodista israelí Barak Ravid, corresponsal de Axios y con fuentes próximas a Trump en Washington, todos los miembros del círculo íntimo del presidente se han cansado de Netanyahu, excepto el propio Trump.
Además de las cinco reuniones entre ambos de este año en los EE. UU., Trump estuvo durante unas horas en Jerusalén el pasado 13 de octubre, cuando los 20 rehenes que quedaban vivos en Gaza eran liberados, y ya entonces hizo un llamamiento a la paz.
“Israel, con nuestra ayuda, ha ganado todo lo que se puede lograr por la fuerza de las armas. Ahora es el momento de transformar estas victorias contra los terroristas en paz y prosperidad para todo Oriente Medio”, dijo Trump en un discurso en el Parlamento israelí en Jersualén.
De forma paralela, en Israel aumenta estos días el malestar en torno al caso “Catargate”, según el cual asesores de Netanyahu recibieron presuntamente pagos de Catar para promover los intereses de Doha durante la ofensiva en Gaza, y al proyecto de ley para alistar a los ultraortodoxos, que hoy han anunciado una nueva manifestación masiva de protesta.

