Las Tunas.- En su devenir histórico o, mejor dicho, durante sus 111 años de existencia, pocas veces, por no pecar de absoluto, el central Antonio Guiteras había alcanzado niveles de realización tan bajos como los actuales, que han activado las alarmas ante el potencial peligro que amenaza con echar por tierra las aspiraciones de cumplir el plan de azúcar.
Basta señalar que en los primeros 77 días de operaciones computó, a duras penas, el 31 por ciento de aprovechamiento de la capacidad total de molida, la astronómica cifra de tiempo perdido industrial del 48 por ciento -más de la mitad por rotura- y sobre las 20 mil toneladas de azúcar de atraso.
Imagino por cuántos sinsabores habrá pasado el gigante del municipio de Puerto Padre para descender, en su ejecutoria, hasta ubicarse entre los ingenios más ineficientes del país. Así de desconocido anda el mayor productor de azúcar de Cuba.
Pero ¿qué ha provocado allí tan delicada situación? Sin dejar de subestimar los elementos subjetivos -indisciplinas laboral y tecnológica, falta de empuje y de compromiso-, criterios especializados coinciden en señalar que el meollo de la cuestión está en el insuficiente desempeño de la maquinaria industrial, debido a la acumulación de muchos años de explotación sin que medie la debida reposición o reparación capital.
Tal es el caso de numerosos componentes que conforman las áreas de generación de vapor, fabricación y la casa de bagazo, devenidas en el foco principal de los problemas que impiden a la industria un funcionamiento más óptimo.
Gran cantidad de tuberías -incluyendo las de agua salada-, evaporadores, bombas y equipos encargados de retroalimentar el bagazo, están funcionando gracias a los remiendos que les hacen los mecánicos, paileros y sus ayudantes.
Más bien son soluciones provisionales, para “un llegue”, como suelen decir los mecánicos automotrices, cuando no pueden reponer la pieza afectada. De modo que esa puede ser unas de las razones del exceso de tiempo perdido por roturas que acumula el “Guiteras”.
Lo más importante es que, con parche o sin él, los trabajadores y directivos del Coloso continúan batallando por sacar adelante la producción, en medio de un contexto en extremo difícil, muy complicado, toda vez que el bloqueo impone enorme sacrificio, tanto a la economía como a la población en general.
Y para que no quepa duda de esa disposición, destaca que en las últimas tres jornadas el ritmo en la molienda superó el 45 por ciento, la extracción de azúcar estuvo en el entorno de las 327 toneladas, mientras que el rendimiento industrial ganó en cantidad, al obtenerse parciales por encima del nueve por ciento. En todos los casos es la mejor actuación del ingenio en lo que va de la presente zafra.
Si bien esos valores aún están muy distantes de lo que espera la provincia y el país de su fábrica insignia, Leonardo Ferrer, analista de la sala de control considera que matemáticamente existe la posibilidad de cumplir antes del 20 mayo, siempre y cuando la cadencia en la molienda supere el 60 por ciento como promedio diario.
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