Las Tunas.- Contaron a 26 los trabajadores de la unidad empresarial de base (UEB) Álvaro Barba Machado, en “Colombia”, dedicada al procesamiento de carne, que para lograr una tonelada de la de res les hace falta sacrificar entre nueve y 10 animales.
También dijeron que, aunque cumplen la mayoría de los indicadores previstos en el plan del año, saben que están sus esfuerzos muy por debajo de la demanda real de la población que los circunda, y de sus posibilidades fabriles concretas.
El director de la entidad, Héctor Ramón Pérez Zequeira, es muy explícito al dialogar en este sentido. "Los planes están hechos contando con la materia prima real que tenemos, y evidentemente, andan lejos de lo que la gente necesita. La situación objetiva del país nos afecta, como a todos los sectores de la sociedad.
"Para que se tenga una idea, nosotros sacrificamos un cerdo aquí en el mes de enero y la otra vez que lo logramos fue hace menos de una semana. Está muy diezmada la cría de este animal, y eso constituye un problema. Antes, por poner otro ejemplo, trabajábamos con 11 mil litros de aceite al mes, ahora apenas con 400. Hay que buscar variantes, innovar, es difícil.
"Laboramos con harina de maíz, de arroz y comenzamos a probar con la de yuca, porque sabemos que el año 2023 también será complejo en cuanto a los suministros y no podemos detener la producción".
El directivo asegura que el panorama no les ha impedido cumplir con la canasta básica de los municipios de Amancio, Jobabo y Colombia; y que han aportado a Jesús Menéndez, Puerto Padre y Las Tunas, además de las provincias de Holguín y Granma.
Este centro asume la merienda escolar del territorio tunero y mantiene una tienda abierta con el excedente de las producciones en su localidad. Y, aunque los precios no son todo lo asequibles que se quisieran, sí ha tenido buena aceptación.
"Estamos inmersos en alcanzar la eficiencia de las calderas para eliminar los salideros de vapor que tiene la fábrica, mejorar la eficiencia y ahorrar; igualmente, nos encontramos cambiando los relojes, arreglando las tuberías y concretando otros ajustes. Nuestros locales son muy antiguos y las condiciones de trabajo no siempre resultan las idóneas".
Por estos días se esfuerzan en la contratación del ganado para el próximo año. Tienen que tocar la puerta a cada productor de los municipios de Amancio (el que más reses posee para aportar), Jobabo y el suyo propio.
"Para nadie es un secreto las duras circunstancias actuales, y un transportista para traer el rebaño de un lugar tan apartado como El Indio de 'Amancio' hasta acá, pasa muchas dificultades".
Son un colectivo de 232 miembros que ha protagonizado una hazaña durante el 2022. Por eso, cuando llegaron a las 100 toneladas de carne, se sintieron sumamente satisfechos. Imagínese usted, lector, que los hombres de "la Cárnica de Colombia", como los conocen en el Balcón de Oriente, asumen parte importante de las faenas de forma manual. Así que cuando aseguran haber procesado 913 reses en el mes de noviembre, quiere decir que las han sacrificado, descuerado, picado y ubicado para la dinámica fabril, cortando con hachas y cuchillos, en un esfuerzo físico sumamente notable.
A eso sume los apagones, de los que no escaparon, como casi nadie por estos lares. En algunas ocasiones durmieron allí mismo, alrededor de la unidad. Porque no tenía sentido irse a la casa cuando se iba la corriente para regresar en la madrugada, cinco horas después, y seguir la producción.
Tiempos duros demandan gente así, de grandes empeños. En eso centran sus anhelos, en hacer más, en el año que está por venir.
