Las Tunas.- Anoche fueron los más jóvenes. Salieron desde tres puntos de la ciudad e iluminaron, con antorchas y algarabía, la calma desmedida de estas calles. Llegaron a la Plaza Martiana y cantaron al viento.
Dijeron a 26 que celebraban más que el 170 cumpleaños de José Martí; eran también los 70 de la primera Marcha de las Antorchas, aquella que hizo verdad la Generación del Centenario con Fidel Castro al frente.
Allí estuvieron las principales figuras políticas del territorio. Vimos a los tuneros hacer fotos, abrazar a sus hijos y sonreír desde ese sentimiento que solo nace de Martí, ese ser humano para todos los tiempos que defendió, desde la pluma y la bala, a los pobres de la Tierra.
Luego de la marcha se fueron a bailar. Esperaron la madrugada en la Plaza Cultural al ritmo de su tiempo; porque así son los jóvenes de hoy, parecidos a sí mismos y reflejo de los tantos dilemas y sueños que los han llevado hasta aquí.
Hoy, justo el 28, fueron los niños, en un desfile colorido que no detuvo siquiera la llovizna y el viento fresco de esta mañana de enero.
Salieron de sus casas muy tempranito; y lucieron bandas rítmicas, canciones, nasobucos y todo cuando fue posible para recordar que están aquí, vivos tras lo más cruento de una pandemia brutal; felices, aun en medio de carencias y desafíos; fuertes, porque se saben la prioridad de un país bloqueado, pero en guerra permanente por ellos y el porvenir.
En cada rostro estuvo Martí, recordé alguna de sus esencias: "El único autógrafo digno de un hombre es el que deja escrito con sus obras".
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