Emilio Luis Kindelaan
Las Tunas.- Emilio Luis Kindelán es un hombre incansable y rara vez se le ve sentado, porque siempre tiene algo que hacer en sus tierras o en actividades propias de la cooperativa de créditos y servicios Eduardo Pérez Sánchez, de la que es presidente.

Lo quieren muchísimo en Dumoy y en otros sitios cercanos a la comunidad de Yariguá, en el municipio de Las Tunas. Allí es admirado por su esfuerzo cotidiano en la recuperación de la ganadería, una actividad de importante repercusión en el desarrollo socioeconómico del territorio.

Cuando le preguntan por la gestión de la unidad productora prefiere hablar en colectivo, y razón tiene, porque sabe que del esfuerzo de cada uno de los integrantes dependen los resultados generales y -más que eso- la comida para el pueblo.

“Todos tenemos la misión de mejorar nuestros rebaños. Con este objetivo, en días pasados, adquirimos un grupo de 30 sementales, con la intención de venderlos a los productores. La idea es multiplicarlos a fin de transformar la raza y de que los terneros nazcan de acuerdo con lo que necesitamos.

“Estamos buscando ganado productor de leche y carne, pues las dos cosas son muy necesarias en la actualidad y esa es la alternativa que encontramos para suplir la carencia de los recursos indispensables en el programa de inseminación artificial”.

Como promedio diario, la cooperativa entrega entre mil 600 y mil 800 litros de leche y en ese exitoso resultado está el empeño y la exigencia de Kindelán, quien encuentra el tiempo y las oportunidades para acompañar a sus campesinos y, de paso, insistirles en la importancia de cumplir los planes.

Además de dirigir a los productores, trabaja sus tierras y las de la esposa. Ambos solicitaron áreas en usufructo y, luego de salvarlas del marabú, organizaron cada pedacito para sacar provecho a las más de 40 hectáreas que poseen entre los dos.

“Tratamos de diversificar las producciones, pero la mayor área es de potreros con el objetivo de que los animales estén en su ambiente natural. También sembramos una parte de pastos e igualmente dedicamos una zona a la caña de azúcar, un alimento muy nutritivo.

“La verdad es que tenemos una plantación amplia, mas queremos incrementarla porque lo más importante es que las reses tengan la comida que demandan y especialmente en el período de seca, cuando hay poca hierba disponible y se desnutren con facilidad.

“También estoy trabajando en rescatar novillas, en ellas existe decadencia en la actividad. Damos prioridad a las hembras y las cuidamos para desarrollarlas y favorecer su reproducción. La idea es obtener buenas crías e incrementar la masa”.
Kindelán maneja un rebaño de 38 cabezas (20 productoras). En los primeros seis meses del año concretó 12 nacimientos y atendió tan bien los recién nacidos, que ninguno murió. Pero sus labores se multiplican con el cuidado de los animales, tanto de día como de noche.
“Tenemos que mirarlos constantemente para evitar que los ladrones los roben. Incluso, hay que velarlos mientras pastorean porque si te descuidas te los llevan. En estos tiempos es raro que roben de noche. Hay que tenerlos cerca a toda hora, fundamentalmente por el día.
“Creo que la recuperación de la masa ganadera depende del hombre. ¡Y cuenten con Kindelán para lograrlo!

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