Las Tunas.- Níger está en África occidental. La esperanza de vida de sus habitantes es de 44 años, el promedio de hijos por mujer es de 7,37 y la mortalidad infantil, una de las más altas del mundo. Su desfavorecida economía le catapulta a una extrema pobreza.
De este modo se explica la presencia allí de una brigada médica cubana, y en ella: Eliéser Escalona Guerra.
Él se apuró a escribirme: "Soy tunero". Y entonces, como fiel hermana de tierra y de ideas, decidí enviarle todo lo que sé de este internacionalista y salvador de vidas al Periódico 26.
Llegó a Níger en julio del 2017, pero su experiencia en misiones anteriores en Timor Leste y en Guinea Conakry le avaló como hombre de confianza para desempeñarse al frente de la brigada.
Es especialista en Higiene y Epidemiología en el policlínico Aquiles Espinosa. Cuando ha estado en peligro siempre piensa en su familia, a la cual dice deberle mucho.
Confiesa que la calma es su aliada perfecta para tomar la decisión correcta. Así lo hizo cuando enfrentó el ébola, la más dura de todas sus batallas, y de la cual salió victorioso.
Desde pequeño pensó que el médico tiene en sus manos la salud y la vida de las personas. Y en consecuencia actúa.
La brigada que dirige está dispersa por diferentes regiones, pero en estos momentos no atiende directamente a enfermos con Covid-19. No obstante, y siguiendo las indicaciones de la Unidad Central de Colaboración Médica de La Habana, mantiene sus actividades habituales, extremando las medidas como si estuviera frente a pacientes positivos.
Todos los días, cuando pasa el parte a nuestro Ministerio de Salud Pública se despide con una banderita cubana y una de Níger bien juntas, como si con los dos símbolos así de cerquita revelara una y otra vez su misma esencia, la que defienden nuestros profesionales de la Salud hoy en 59 países y de la cual Las Tunas, a través de él, puede sentirse orgullosa.