Raúl Leyva Pupo Figuras en cruz

Puerto Padre, Las Tunas.- Las páginas de la vigésima octava edición del Premio Literario Portus Patris llegan a su fin. De vuelta la poesía a tierras de molinos y aire de mar, el evento, auspiciado por la Asociación Hermanos Saíz, llevó a las calles el arte de la escritura.

El poemario Figuras en cruz, del escritor tunero Raúl Leyva Pupo, alcanzó el más alto galardón de la justa, a decir del jurado, gracias a una sólida línea temática, con acertadas técnicas poéticas. Como parte del lauro, la editorial Sanlope dará vida al texto ganador. 

“La aparición de un nuevo libro por una editorial cubana es muy importante, sobre todo este año que Sanlope también publicará Casa roja y la antología Conteo regresivo, en ambos estoy presente. El nacer de un nuevo libro constituye una alegría para todo joven escritor. Son como hijos que uno va teniendo. Estoy muy feliz porque se continúe apostando por la poesía, solo ella nos mantiene vivos y nos lleva hacia otra dimensión”, dijo Leyva Pupo a 26.

Además del elevado nivel de las obras, otra de las características del certamen recién finalizado recayó en el jurado, compuesto por relevantes intelectuales cubanos, entre los cuales sobresalió María Liliana Celorrio Zaragoza, quien fungió como presidenta.

“Es todo un honor y un privilegio que mi libro haya caído en las manos de esos escritores que son grandes referentes en el país y Latinoamérica. Confío en la opinión del tribunal, pero mis libros primero deben gustarme a mí para luego entrar en la amalgama del pensamiento ajeno, y estos decisores le dieron el voto de confianza, el espaldarazo. Aun así creo que puedo hacer mejores obras”.

Si bien varios títulos iluminan la carrera de Raúl, los desafíos por enfrentar los duplican. Con el afán de crecer nacerán diversos proyectos, en tanto, preservar el enfoque servirá de guía para llevarlo a buen puerto.

“El próximo reto radica en tener las ganas de escribir, mantenerse en el mundo de la literatura, apostando por la poesía, por la vida del escritor. Continuar en movimiento, cambiando, ese es el espíritu para encontrar la verdad que nos haga únicos”.

Portus Patris deja en forma de verso un adiós, con sabor de un “hasta luego” a Puerto Padre. La magia de la Villa Azul envuelve a los participantes y, al mismo tiempo, la cultura local se reivindica con el regreso a casa del certamen literario.

“Me llevo la confluencia de los amigos. También el hecho de volver a mirar el mar, lo cual es una carga de energía para cualquier ser humano, más si se trata de un escritor; además de las experiencias vitales y la fe por conservar lo que hago”, concluyó el premiado.

Para este poeta tachar en cruces las distinciones se vuelve costumbre; sin embargo, apuesta por enaltecer el alma y hacer de sus líneas un reflejo de ella. Con el paso del tiempo vendrán nuevos hijos para Raúl.

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