Las Tunas.- El que las piezas originales de la Fuente de las Antillas estén desde el año 2015 "olvidadas" en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales no es, ni remotamente, una buena noticia.
Llegaron ahí de la mano de los expertos que se involucraron en la rehabilitación integral de la emblemática obra y, desde entonces, pocas veces se han ocupado de ellas.
Si ya es dolorosa la condición de la Fuente, a la que nuevamente parece matar el deterioro y la desidia a pesar de todo el trabajo y el gasto para devolverle su esplendor, imagine usted el saber apenas a buen recaudo las piezas originales, esas que tienen el aroma de la autora en la fundición, que conocen de su mirada inteligente en todo el proceso de enclave.
Y aunque hablar del tema a esta reportera ya le suena a "llueve sobre lo mojado", en materia de cultura no nos podemos cansar, sobre todo, cuando lo que cuidamos trasciende lo que somos y forma parte de esta urbe de una manera raigal.
¿Nadie ha pensado que pueden restaurarse y resultar sumamente atractivas en una exposición? Eso, por decir apenas una, de entre las muchas opciones posibles.
No es la única pieza olvidada en ese centro y tampoco es el único descuido que, en materia de patrimonio escultórico, luce Las Tunas, paradójicamente todavía considerada Capital de la Escultura Cubana.
Desde 26, hacemos un llamado de alerta para cuidar lo auténtico que nos queda de ese regalo ilustre que nos hiciera Rita Longa. Recordemos a José Martí: "Comienza a ser desventurado el pueblo que empieza a ser desagradecido".