coloquio dayana

Las Tunas.- Por toda la fiesta del campesinado cubano se mueve el equipo de 26, y hasta la sala Caracol de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, llegamos para conocer un poco sobre las raíces campesinas de nuestra Isla y las tradiciones que nos acompañan.

El primer momento estuvo liderado por Rafael Lara González, experto en temas relacionados con la salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, quien muestra a través de una serie de fragmentos de documental el mundo rural cubano y las maneras que ha buscado cada pueblo de conservar sus tradiciones.
La fiesta del Nengón Kiribá, documental filmado en Baracoa, primera Villa de Cuba, y que muestra en un ambiente natural y cargado de música campesina, los bailes de los pobladores, que a decir de ellos mismos "se hace como si se estuviera pilando café". Lo curioso de estas fiestas, cuyas raíces provienen del siglo XVIII, son la culinaria, los bailes y la integración con la sociedad.
"Para los que llegan a este municipio de Baracoa pueden disfrutar de la música hecha por los instrumentos musicales, una fiesta que dura hasta cuatro días, y lo fundamental es el vínculo con la cultura tradicional", explica Lara González, mientras en la pantalla se escucha a un poblador de la Villa Primada afirmar que el Nengón y el Kiribá son los bailes primarios antes del son y que ellos, en esta zona del país, están en la obligación de mantener vivas las raíces culturales.
En este largo camino explicatorio de tradiciones, no se puede dejar de mencionar la práctica del grupo Guasimal, de Manzanillo, Granma, que lleva a cabo la familia Escalona hace 176 años cuidando esta joya de la cultura local y cubana, quienes se caracterizan por la realización de sus propios instrumentos musicales, que cuentan con la peculiaridad de sonar como si se escuchara un órgano.
"Uno de los procesos culturales más importantes que tenemos en nuestro país, con el grupo portador de tradiciones Guasimal, es que son únicos y el poder hacer sus instrumentos musicales con sus propias manos y propiciarles un sonido tan peculiar, los distingue".
Isleños de Poza es uno de los grupos más auténticos de la estirpe Canaria en Cuba, y a decir del investigador "Poza es el nicho más lejítimo y validado en el que se conjuga la diversidad cultural del mundo canario en la  Isla".
Con la presencia de una parte de este conjunto contaremos en la Jornada Cucalambeana, quienes trajeron parte de su cultura local para compartirla con el pueblo tunero, del que se habían alejado hace dos décadas.
Una de las prácticas también en los campos de Cuba es la fiesta de los bandos azul y rojo, que tiene sus orígenes en Majagua y de la que también habló el metodólogo de cultura en este encuentro. "En estás batallas de bandos se ven identificados los colores identitarios de nuestra bandera nacional".
En estas batallas campales entre bailarines de las músicas más guajiras de esta tierra destaca el respeto a los pasos, la tradición, la coordinación, la mirada bien puesta en lo que se hace, porque hablamos de una batalla de años.
La mezcla de las culturas franco-haitianas en esta tierra, así como lo afrocubano, y forjar en los infantes las más amplias tradiciones culturales de la nación, fue el colofón del encuentro, en el que se dieron cita investigadores, y amantes de lo cubano, del teatro popular, la música, el baile, la culinaria y todo ese largo camino que mueve a esta pequeña Isla.

 

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