Las Tunas.- La obra Eclosión, de José Enrique Valdés Cano, sacude las neuronas y apuesta por la decodificación; las piezas de Ener Gallardo lo reafirman como maestro del ensamble, con el que da vida a formas asombrosas (una incluso se parece al virus SARS-CoV-2); Paloma, de Rafael Ferrero (fallecido), desde la sencillez y lo alegórico, abraza la paz. Estas son algunas de las esculturas que exhibe actualmente el Comité Provincial de la Uneac en la exposición colectiva Gestas.
Una parte de la colección de la galería taller de esculturas Rita Longa se muestra allí, a través de exponentes significativos del arte tridimensional, para “dar fe de la trascendencia de esta expresión en Las Tunas, que ya ostenta 43 años de historia creativa, y representa para nuestro territorio un suceso cultural, un acontecimiento que rebasa lo meramente artístico, para circunscribirse en el rango social”, como plantea la crítica de arte Bárbara Carmenate Hernández.
Las piezas, desde su propia estética y simbolismo, seducen a la remembranza de aquella época de esplendor a partir de 1977, en que a la manifestación le nacieron bríos, hasta ganarnos el epíteto de Capital de la Escultura Cubana. Frutos de creadores consagrados se observan en Gestas. Entre ellos figuran Rafael Quenedit Morales, Juan Ricardo Amaya Pereda, Lauro Hechavarría Osorio y Adolfo Arias Saumell.
No solo las temáticas y estilos son variados, las técnicas también. Tallas en madera y metal, fundición en plomo y mármol, metal soldado y técnica mixta, matizan la exhibición. En “ella” el espectador puede vislumbrar siluetas que emiten mensajes desde lo abstracto, figurativo y conceptual.
Las creaciones nos hablan desde una diversidad de materiales y texturas. Están ahí para señalar el talento aún latente en nuestra provincia y la necesidad de rescatar, por ejemplo, la salud de muchas de sus “hermanas” monumentales. “Las cosas tienen vida propia; todo es prestarles el alma”, dijo Gabriel García Márquez. Escuchémoslas.