Las Tunas.- Entre las manifestaciones artísticas más fortalecidas que tiene la provincia actualmente figuran las artes plásticas. En ese sentido, a pesar de que todavía falta mucho por alentar, los jóvenes devienen dignos herederos de un legado que apuesta por nuevos discursos y estilos, sin obviar los referentes.
Dos de los autores que atrapan las pupilas dentro y fuera del territorio son Jarol Rodríguez Morales y Luis Ángel Rodríguez González. El primero recién ganó un segundo premio en el Concurso Miradas que Alimentan: Arte para la Conciencia, convocado por el Programa Mundial de Alimentos, el Consejo Nacional de Artes Plásticas y otras instituciones. El segundo, expone en la galería del Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) de Las Tunas la exposición Ranking, que corrobora su talento en ciernes.
Jarol ya tiene un camino más allanado y en el reciente certamen mereció el lauro entre 58 creadores presentados en total. En ese caso, conquistó el segundo lugar entre los 12 finalistas, puesto que compartió con Yasiel Álvarez Borges, de Artemisa, mientras el avileño Liesther Amador González subió el máximo escaño. Además, como resultado de esa lid se exhiben las 30 piezas más sobresalientes en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales de La Habana, entre las que figura el conjunto El aliento de los dioses, del creador tunero.
Luis Ángel Rodríguez González.Luis Ángel, por su parte, es un joven instructor de arte que ha descubierto en la pintura una manera de viajar a otros mundos, a un universo onírico y apasionante. En el interior de sus piezas, el espectador se traslada a sueños de infancia, detalles de la naturaleza, simbologías, referentes culturales y hasta ciertas dosis de ficción. La huella de autores como Maikel Herrera se vuelve guiño también en algunos de sus lienzos. Cervantes, seres místicos, hasta él en forma de autorretrato devienen algunos de los personajes que transitan por el lienzo a través del surrealismo.
El uso del color y una atmósfera peculiar completan el hechizo de su creación, que muestra la Uneac hasta el 10 de agosto. Las tonalidades verdes, por ejemplo, le imprimen un sello peculiar y cierta frescura a su obra. Aún no muy consciente del potencial que lleva sobre sus hombros, Luis Ángel se abre paso aquí y allá, agradeciendo a todos los que apuestan por verlo crecer. “Para mí la pintura es una bendición. Me ayuda a canalizar mis emociones, observar el mundo de otro modo e inspirarme en cualquier elemento físico o espiritual para hacer mi obra. Creo que moriré de viejo frente a los lienzos”, confesó a 26.
Jarol, graduado de la Academia Profesional de Artes Plásticas de Las Tunas, muestra -por su parte- una obra madura para su edad, y fruto de ello se ha granjeado lauros notables en los últimos años como la beca La Temporal 2022, otorgada por el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales de La Habana. Él también ha expuesto en ocasiones en la Uneac de nuestro territorio, destacando su calidad estética, valores conceptuales, presentación del mensaje y otros rasgos, donde la naturaleza ha devenido en los últimos tiempos leitmotiv en su creación.
Ellos no son los únicos que despuntan en las artes visuales aquí, pero sí muestra de lo que pueden lograr los creadores cuando se consagran tempranamente.

