Las Tunas.- En el arte que emana de niños y adolescentes como Vanessa Jiménez González, integrante de la compañía infantil de teatro Rayitos de Luceros, más conocida por La Colmenita de Moa, se resume no solo su talento, sino la fuerza de voluntad de un colectivo que durante dos décadas ha defendido desde tierra minera y más allá la cultura, la formación de valores y el legado martiano, devenido brújula en su quehacer.
Ella interpretó El alma trémula y sola, del más universal de los cubanos, en la Plaza Martiana, de la ciudad cabecera. El ritmo y alma de la bailarina española se coló en su vestido, estola, tacones y otros accesorios, regalando a los presentes un bonito espectáculo.
Como la joven, otros miembros del colectivo holguinero llamaron la atención del público durante la presentación, que marcó el inicio de un periplo de la cofradía por diferentes municipios tuneros, como parte del encuentro cultural Es Bueno Enseñar al Corazón.
Asimismo, se insertan en el programa el proyecto Raíces de San José y La Colmenita de Jobabo, con acciones que priorizan las actuaciones desde comunidades en transformación. Las zonas del Aeropuerto y Palancón, en la ciudad cabecera; el parque José Martí, del municipio de Jobabo; el hospital pediátrico provincial Mártires de Las Tunas y el círculo social de San José, en el territorio capital, son algunos de los lugares donde apreciar su arte.
Por su parte, Carmen Velázquez Quintana, presidenta de la Sociedad Cultural José Martí (SCJM) en la provincia, agradeció a nombre de los tuneros la presencia de la agrupación escénica en este territorio y la importancia de estrechar lazos culturales con algunos de nuestros más representativos proyectos.
Al decir de José Turro Navarro, director de La Colmenita de Moa, todo esto se inserta dentro de una gira nacional que realizan, en la que comparten un total de ocho espectáculos, entre los que figuran La Cucarachita Martina, Cómo un trompo aprendió a bailar, Materia prima y Concierto de miel.
"Hace alrededor de ocho años que no estábamos por acá. Corina Mestre decía que lo que más le preocupaba era la identidad. Un pueblo que se queda sin identidad se queda sin Patria. Por eso, a pesar de todas las situaciones que enfrenta el país, siempre vamos por más.
"Especialmente nos gusta ir a los barrios alejados del entorno citadino. No pedimos nada, solo mucho amor. Queremos llevar al pueblo cultura, valores y todo lo bueno posible", dijo Turro, líder de la veinteañera compañía.
Así, con la utilidad de la virtud sembrada en el alma, La Colmenita de Moa endulza con su miel artística el Balcón de Oriente, demostrando que -como dijo Martí- "tener talento es tener buen corazón".
