Las Tunas.- Lo conocemos como pintor y líder del proyecto de arte abstracto La Cruzada, pero Roberto Reyes también se desempeñó como teatrista en nuestra provincia y ha abrazado la literatura. Dispuesta a revelar un poco sobre esa última faceta, converso sobre Voces insospechadas, su primer libro, el cual tuve el placer de leer, contó con la edición del escritor Argel Fernández Granado y fue publicado recientemente en Amazon.
El volumen se compone de 16 cuentos que abordan una multiplicidad de temas como el universo esotérico, la religión, los viajes interestelares y las relaciones amorosas conflictivas.
“Nuestro Oriol siguió su viaje hacia el mundo galáctico. No nos percatamos al principio que nos acompañaba un objeto metálico, al parecer de origen artificial, quizás enviado de otra galaxia. Nos arrastraba hacia un campo de vientos solares, de internos influjos de plasma que se desprendían del sol" (fragmento del El último viaje del Oriol).
La ciencia ficción y el misterio se erigen protagonistas de buena parte de los textos, aderezados con referentes de la cultura universal, diálogos intrigantes, atisbos de poesía, entre otros atractivos.
“El mar y el pescador son un matrimonio, en secreto se cuentan las historias (…). El mar es extraño, pero amigo. Es como un indio que sentado fuma su pipa y manda señales cuando va a suceder lo inexplicable” (cuento: El pescador).
Una redacción rápida, compuesta en su mayoría por oraciones cortas, matizan el paisaje de la obra, donde los elementos místicos pululan una y otra vez. “Como mismo hago los cuadros, así mismo escribo. Primero elaboro los cuentos en la mente, me los imagino como un boceto y no los redacto hasta que no los tengo concebido en el cerebro”, confesó el autor a 26.
Él también explicó que la mayoría de sus creaciones en ese sentido están basadas en hechos reales y que su esposa Eva resulta de gran ayuda a la hora de corregir. “Me gusta sorprender al lector y hacerlo sufrir un poco, como si fuera una especie de película”, agregó.
Así afloraron nuevamente para deleite de los lectores los hijos de su pluma, guardada de la luz pública por 30 años, según refiere. Actualmente pule su estilo narrativo, escucha audiolibros y profundiza en el manejo de recursos literarios como el dato escondido y la serpiente que se muerde la cola. “La literatura es como una mujer hermosa, que debes tratar con delicadeza para que no nos abandone”, sentenció.
Enhorabuena para la ópera prima de este narrador quien, además de artista de la plástica y profesor de esa manifestación, pertenece al Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), es licenciado en Teología, graduado de Artes Escénicas en la Escuela Nacional de Instructores de Arte (Granma, 1976) y fundador en nuestra provincia del teatro dramático como actor profesional.
Además, se vinculó al taller literario Guillermo Vidal, logrando que su cuento Bola fuera publicado en una plaquette con motivo de los 15 años de esa cofradía. Roberto Reyes hoy nos sorprende no solo con sus singulares abstractos, sino desde la sensibilidad de un escritor que sueña con que su obra llegue cada vez más a las manos de los destinatarios.