Las Tunas.- Leonor Navarro López es una mujer dulce y sencilla como flor de vereda. Quien la conoce rápidamente repara en su nobleza. Su amor por la tradición y sentido de pertenencia la ha llevado a acercarse a tópicos identitarios como la décima, la labor de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé) y El Cornito como escenario principal de la Jornada Cucalambeana, Fiesta Suprema del Campesinado Cubano.
Por esos caminos, entre sus sueños figura el hecho de que se convierta en un destino turístico el paraje natural que acunó la casa del bardo mayor del siglo XIX cubano. Así que, cual universitaria próxima a graduarse, revisa bibliografías, aplica técnicas de investigación y finalmente construye el power point que resume el proyecto.
Con la ayuda de su hijo Rolando Samuel Cardet Navarro ha desandado de arriba a abajo los predios de El Cornito y hasta se ha vestido de Flor de Birama para generar ideas que apoyen la encomienda.
Su iniciativa tiene en cuenta la exuberante vegetación de esos lares; las potencialidades educativas, recreativas y culturales del lugar; la conservación del patrimonio; el conjunto en sentido general; el trabajo con la comunidad; entre otros aspectos.
Leonor ha alzado su voz en algunos eventos, pero aún no ha tenido la atención que merece el desvelo de una mujer que, incluso, con problemas de salud, ama su comarca y piensa en una manera de defender mejor su idiosincrasia.
Campesino trovador
que inspirado mira al cielo
como pidiendo un anhelo
o conquistando un amor.
En este sitio, cantor,
inspírate al infinito.
Enredada en algún pito
tu voz oculta se aferra,
es campanario de tierra
que resuena en El Cornito.
Versos como esos acompañan y alientan su afán de aportar un granito de arena a algo tan sublime como el atesoramiento de la cubanía. Igualmente ha creado espinelas de las distintas partes de la zona (incluidas sus esculturas) que, en lo personal, me las imagino cantadas por poetas y tonadistas en un posible recorrido turístico-cultural. Soñar no cuesta nada.
Pasa el tiempo, con él pasa
este sitio pintoresco
sintiendo el aroma fresco
de esta tierra, acompasa
con las ruinas de la casa
que en sus memorias tenía,
el guateque y canturía
con esclavos y bembé.
Evoca a El Cucalambé,
a Rufina y su poesía.
Navarro López ha trabajado como metodóloga de Literatura en el Centro Provincial de Casas de Cultura y ha obtenido premios en diferentes certámenes, además de publicar en revistas y boletines cubanos y foráneos. Si existieran más personas como ella la tradición de que camina, camina.
