La Habana.- Tras un 2022, durante el cual el Sistema de Naciones Unidas (SNU) una vez más ayudó a Cuba ante la ocurrencia de desastres y en prioridades del desarrollo sostenible, no deja de ser cierto que tal cooperación enfrentó obstáculos como el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra el país caribeño, según fuentes autorizadas.
En medio también del impacto de la covid-19, del incremento de los precios de alimentos, en la energía y otros renglones, y del conflicto en Ucrania, hubo que sortear el endurecimiento de las sanciones unilaterales externas del gobierno estadounidense y la exclusión de la Mayor de las Antillas de mecanismos financieros internacionales.
Aunque el Reporte de Resultados 2022 del SNU en Cuba, que acaba de salir a la luz pública, refiere tales conclusiones, consultado por la Agencia Cubana de Noticias, Francisco Pichón, coordinador residente del organismo internacional aquí, afirmó que las medidas asociadas a esa política limitan las operaciones de socorro ante respuestas a desastres y de ayuda al desarrollo.
Recordó que en ese año se movilizaron recursos por valor de 14,7 millones de dólares, como parte del Plan de Acción para enfrentar los impactos del huracán Ian, y en tal sentido su Oficina articuló el apoyo de agencias, fondos y programas, incluida la puesta en marcha de un plan de acción, especialmente en Pinar del Río.
De manera que la respuesta multidimensional y la integración de las capacidades técnicas, operativas y logísticas de las diferentes entidades de la ONU ha sido vital, tanto en situaciones de emergencia como en la gestión del llamado Marco de cooperación con el país, aseguró el diplomático.
Explicó que el pre posicionamiento en el territorio nacional de bienes esenciales para situaciones emergentes ha sido una alternativa en aras de actuar con rapidez y eficiencia, tal cual sucedió a raíz del paso devastador de Ian, la explosión en el hotel Saratoga, en La Habana, y del incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas.
Debido al bloqueo, añadió, toma mucho tiempo y esfuerzos traer recursos de otros países, en un contexto de escasez de fondos.
Francisco Pichón subrayó, además, que cuando los bienes son adquiridos en lugares muy lejanos las operaciones se encarecen más, en tanto las formas de pago se complejizan, máxime cuando Cuba está excluida de mecanismos financieros internacionales que operan para otros países.
El Reporte de Resultados del 2022 recoge los principales avances y retos del Sistema de Naciones Unidas en su acompañamiento a la Isla caribeña en cuatro áreas de su Marco de Cooperación: gobierno eficaz, transformación productiva con énfasis en la producción de alimentos, medio ambiente y gestión de riesgo de desastres, y desarrollo humano con equidad.
Éstas están alineadas al Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, y marcaron la brújula de los apoyos de la Organización a las prioridades del desarrollo sostenible de Cuba, en su trabajo conjunto con las instituciones nacionales y con múltiples donantes y socios de la cooperación internacional.
Respecto a las evaluaciones y enseñanzas extraídas de los resultados en 2022, el informe señala que la implementación de proyectos está marcada por desafíos derivados de las sanciones impuestas al país, los impactos negativos de la pandemia de la covid-19 y, más recientemente, del conflicto con Ucrania.
En tales condiciones se incrementan los obstáculos en las cadenas de suministro global, el costo de los fletes y se dificultan las operaciones para la compra de insumos y equipos.
El SNU en Cuba está compuesto por 22 agencias, fondos y programas, de los cuales 11 tienen presencia física aquí y 11 no, y desde sus diferentes mandatos todas acompañan las prioridades de desarrollo sostenible de la Isla y los objetivos y metas de la Agenda 2030.
Según el entrevistado el estímulo a iniciativas conjuntas forma parte de las prioridades de ONU Cuba, a fin de fomentar más eficiencia en los resultados, evitar duplicidades y potenciar el impacto de las intervenciones de desarrollo.
