La Habana.- A los aniversarios 65 del Triunfo de la Revolución y 117 del natalicio del político y diplomático Raúl Roa García (1907-1982) se dedicó una conferencia en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), de esta capital.
Rogelio Sierra Díaz, rector del ISRI, destacó el carácter de resistencia y victorias que han caracterizado las más de seis décadas de la Revolución en el poder del pueblo cubano.
Sierra Díaz aludió a proezas como la eliminación del racismo, la promoción de la educación, la salud, la cultura, el desarrollo científico y la lucha por los derechos humanos, pero también de enfrentamientos contra el imperialismo norteamericano y las consecuencias de su devastadora y unilateral política.
Exhortó a los ciudadanos cubanos a cumplir con las funciones asignadas, a destronar la anarquía que crece y a ser solidarios y austeros, actuando siempre por el bien colectivo y no el individual.
Puntualizó, además, en la política exterior como un logro de la Revolución y en el importante rol de Raúl Roa García, conocido como el Canciller de la Dignidad, en esa majestuosa hazaña.
El embajador Abelardo Moreno se refirió a Roa García como el fundador de distintas generaciones de diplomáticos y al entrañable vínculo que sostuvo con el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Las incansables batallas de Roa García en la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), así como el empeño desplegado a favor de la lucha anticolonial de los pueblos africanos, fueron puntos de partida para las intervenciones de los embajadores Eduardo Delgado y Oscar Oramas, respectivamente.
Durante el encuentro estuvieron presentes Carlos Fernández de Cossío, viceministro de Relaciones Exteriores; Raúl Roa Kourí, presidente de la Cátedra Honorífica Raúl Roa García; y Eumelio Caballero Rodríguez, secretario ejecutivo de la Cátedra.
El combatiente revolucionario, estudiantil e intelectual cubano Raúl Roa García ejerció como ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, desde el 17 de julio de 1959 hasta el 2 de diciembre de 1976.
Recibió el calificativo de Canciller de la Dignidad cuando en una reunión de la OEA, efectuada en el año 1960 en Costa Rica, se convenció de que los justos reclamos de Cuba nunca serían atendidos, se levantó y expresó que se marchaba con su pueblo, y junto a ellos los pueblos del continente.
