bleo16UEB El Bleo.

Las Tunas.- El pasado año, la Empresa Porcina de la provincia de Las Tunas cerró con una masa total de cinco mil 657 cerdos conveniados con productores individuales y en los centros especializados. De esos ejemplares, mil 460 son reproductoras.

Si se analizan dichos datos con las necesidades que tienen los tuneros, y a sabiendas de que los precios bajan únicamente con más producción, es poco. Poquísimo. Pero, si se observa como lo que es -el fin del decrecimiento en el sector estatal- pudiera entenderse como un punto de cambio.

Así lo ven los trabajadores, especialistas y directivos de la entidad, la que da los primeros pasos hacia la recuperación, luego de una etapa azarosa en la que se dejaron de recibir los piensos y/o la materia prima de importación, sin estar preparados con la comida que demandan los animales.

Ahora el panorama es diferente en cuanto a los cultivos que acompañan el crecimiento de los cerdos. No obstante, está muy lejos de lo que realmente se puede hacer para impulsar el desarrollo porcino e incrementar los volúmenes de carne en un contexto económico muy difícil.

bleo13La unidad empresarial de base (UEB) La Herradura, del municipio de Majibacoa, es un buen ejemplo para el territorio tunero porque los 37 trabajadores comprendieron que con sus manos deben cosechar maíz, soya, frijol, yuca, boniato y otros cultivos.

"Son puercos criollos, de capa oscura, muy fuertes físicamente y resistentes al clima- asegura el director de la entidad, Francisco Gómez Ávila- y lo mejor es que comen lo que les den. Tenemos más de 42 hectáreas entre potreros y sembrados.

"En la entidad hay unos mil 200 animales; entre ellos, 207 reproductoras, 37 cochinatas y 17 verracos. Nuestra misión es vender esas cochinatas a las formas no especializadas para que se incremente la raza. En el año tenemos un plan de 550 y esperamos cumplirlo". 

Algo parecido ocurre en la UEB El Bleo del propio territorio, en la que se han buscado numerosas alternativas para alimentar a la masa básica. Su director, Ernesto Cruz Pérez, dijo que esa ha sido la prioridad durante estos tiempos aciagos y que la estrategia salió bien.

"Pudimos conservar 503 reproductoras y queremos cerrar el año con 600; pero, eso implica un trabajo intenso en la siembra de varios renglones como el sorgo y la yuca. A ese tubérculo lo deshidratamos y lo incorporamos en un 15 por ciento a los piensos de producción nacional.

"También usamos residuos del matadero y subproductos de la producción azucarera. Ya tenemos el 20 por ciento de la masa en el cebadero y se incrementará en los meses de mayo y junio. Y seguimos defendiendo la genética con animales que son un cruce de York-Land". 

De manera general, en el 2023 se prioriza la recuperación del estado físico de la masa básica y crecer en cabezas, por lo que se consolida el trabajo del multiplicador de Manatí. Además, se pretende reducir la mortalidad en lactantes, un serio problema en la actualidad.

A propósito, Idalexis Peña Hechavarría, director de la Empresa Porcina, informó que el país está comprando los piensos iniciadores para salvar la vida de las crías, por cuánto representan para el crecimiento de la actividad, y cuando tengan un tamaño prudencial, se les incorporarán otros nutrientes.

"En este calendario, tenemos la responsabilidad de producir más carne de cerdo, lo que implica incrementar los convenios con productores individuales, aumentar las siembras y mantener los encadenamientos con entidades generadoras de alimentos agrícolas.

"Además, hay que aplicar la medicina verde como prevención ante el déficit de medicamentos, dar mayor capacitación a la fuerza técnica para mejorar el manejo en cada unidad, crear más colectivos agropecuarios e incrementar la producción de piensos criollos".

En los últimos días, en algunos municipios tuneros se ha comercializado carne de cerdo producida en el sector estatal o en los convenios, y la aceptación del pueblo ha sido mayúscula; pero, la cantidad vendida todavía resulta insuficiente para la demanda de ese recurso.

Por ello, hay que buscar más soluciones como impulsar la siembra de caña de azúcar y king grass, dar un uso racional a toda la tierra disponible, aplicar la ciencia, tecnología e innovación y, especialmente, se requiere atender más a los productores.

Ya la batalla está casi ganada porque se preservaron las reproductoras y en comparación con el 2018, cuando comenzaron a escasear los piensos importados, se dispone de algunas siembras. Hay mejores experiencias y mucha voluntad para que la recuperación porcina sea más que el pistoletazo de arrancada.

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