"Colombia", Las Tunas.- En la ciudad de "Colombia" buena parte de sus residentes conoce a Alexander González Ramos, un campesino noble y bonachón, que ríe con frecuencia y que tiene muchísimos amigos a pesar de que todavía es muy joven.
Desde el año 2008 administra, en usufructo, poco más de nueve hectáreas. Aunque es poco espacio para tantos proyectos, aprovecha al máximo esas tierras y asegura que las cuida como a la niña de sus ojos porque en ellas nace su sustento y el de otras personas.
"No es un área grande, pero me esfuerzo en sacar el máximo provecho de ella porque sé que es muy necesario producir alimentos. Y también trato de usar cada recurso de manera eficaz, por lo que combino la ganadería con la siembra de cultivos varios.
"Ese es mi mayor orgullo, lograr que la finca sea agroecológica porque aquí uso y luego reutilizo, sin desperdiciar nada. Lo que sobra en un lado resulta útil en el otro. Por ejemplo, el estiércol de las reses es un buen fertilizante, y los restos de las cosechas alimentan a los animales".
El productor, asociado a la cooperativa de créditos y servicios Rogelio Rojas, tiene 17 cabezas de ganado y cotidianamente cumple sus planes productivos de leche y carne. Asegura que lograrlo no ha sido una tarea fácil; tampoco, imposible.
"Actualmente la ganadería enfrenta muchas dificultades. La primera y más preocupante es la cantidad de robos que hay. Uno tiene que dedicar las 24 horas del día a cuidar los animales. Y también hay limitaciones con la inseminación artificial, lo que resuelvo mediante la monta directa con sementales de raza.
"Todo esto obliga a duplicar los esfuerzos, no solo para cuidar las reses, sino para garantizarles su alimentación y el agua que demandan. Por suerte, hay un arroyo que atraviesa la finca y eso también me favorece para que los sembrados den mejores cosechas".
En los cultivos varios, Alexander prioriza la producción de hortalizas y para tener mejores resultados, aplica técnicas agroecológicas, las que le enseñó su papá -que trabaja junto a él- y otras que aprendió con el paso del tiempo y, gracias, a un interés constante por aprender.
"En la finca siempre intercalamos los cultivos y también plantamos un poco de maíz, que sirve para combatir las plagas de insectos dañinos. Aprovechamos las mazorcas para el consumo de la familia y destinamos los desechos para la nutrición de los animales.
"Al tomate y la lechuga les prestamos mucha atención, pues son los cultivos más fuertes, los que tienen mejores rendimientos. Les aplicamos materia orgánica y somos disciplinados con el riego desde que se tiran las semillas, para que las posturas nazcan con vigorosidad.
"También usamos biofertilizantes y tenemos contratos directos con el Centro de Reproducción de Entomófagos y Entomopatógenos de Jobabo. Además, estamos experimentando con el Ecomic, un producto que parece ser muy beneficioso para casi todos los cultivos”.
En las ferias agropecuarias que se realizan en "Colombia", este productor es uno de los más buscados, pues sobresale por vender sus producciones a precios inferiores. Dice no regocijarse por eso, pues solo trata de establecer tarifas justas que no le den pérdidas.
"Duermo con esa satisfacción. Es lo que me toca como cubano, pensar en mí y en los demás, en todos por igual. Y, trabajar la tierra como siempre, hacia adelante".
