Las Tunas.- Solo el 50 por ciento de los más de 500 litros de agua por segundo que deberían llegar a los hogares de la capital provincial de Las Tunas suministran hoy las estaciones de bombeo, ante el deterioro de la infraestructura que data del 2007.
A pesar del éxito en la construcción de una conductora de 630 milímetros desde la estación central hasta la cuenca subterránea La Cana, en Piedra Hueca, municipio de Puerto Padre, el problema persiste ante la imposibilidad de mantener el abastecimiento de manera paulatina por fallas en el sistema.
Piedad Herrera, directora de la unidad empresarial de base (UEB) Acueducto y Alcantarillado de esta ciudad, dijo a la Agencia Cubana de Noticas que trabajan de conjunto con la Empresa de Aceros Inoxidables Acinox Las Tunas para la reparación de los equipos de La Cana y de forma intermitente prestan el servicio a las comunidades comprendidas en ese circuito.
Piedra Hueca, Cayojo y El Rincón conforman las tres principales fuentes de abasto a una población con más de 160 mil habitantes, por lo que la UEB labora en el mantenimiento y la recuperación de las plantas potabilizadoras y creó un sistema de microcircuitos para abastecer los diversos repartos por días y horarios, que muchas veces sobrepasan las 24 horas.
Es difícil la situación en las zonas altas de la ciudad, con énfasis en los repartos Aeropuerto, Aguilera, Nuevo Sosa y comunidades de Buena Vista. Por eso priorizamos la asistencia de pipas a círculos infantiles, escuelas y otros centros de interés en esas demarcaciones; no obstante, ajustamos el suministro en otras áreas para que el líquido llegue también allí, refirió la directiva.
La estación El Rincón muestra cifras halagüeñas en su capacidad de llenado con el ciento por ciento de los 20 millones de metros cúbicos que posee; sin embargo, de las cinco electrobombas del embalse y las tres de la planta, apenas dos están en uso, lo que conlleva a salir de servicio por más de cuatro jornadas en ocasiones.
Aunque las inversiones no alcanzan las dimensiones requeridas, la UEB mantiene entre sus prioridades elementales la eliminación de las antiguas conductoras que aún persisten en varios repartos de la ciudad, además de la inoperatividad de válvulas esenciales y, a la vez, el cambio ineludible de la matriz energética.
