Las Tunas.- Que Las Tunas pueda abastecerse de frijoles es el deseo de quienes residen en esta provincia y de los responsables de la actividad de cultivos varios en cooperativas, empresas agropecuarias y en la delegación del Ministerio de la Agricultura (Minag).
Pero, la realidad casi siempre va más allá de la voluntad o de las necesidades. Lo cierto es que para que la siembra de ese codiciado renglón sea exitosa se requiere mucho más que productores dispuestos, suelos fértiles, buenas semillas y suficiente agua.
Luis Oro Torres, jefe del Departamento de Cultivos Varios en la sede local del Minag, precisó que el frijol requiere de importantes insumos como fertilizantes de fórmula completa, fungicidas e insecticidas sistémicos y de contacto, capaces de combatir el ácaro blanco y algunos áfidos.
Especialmente se necesitan esos recursos para eliminar las poblaciones del trip, Megalurothrips usitatus, un minúsculo insecto que se ha convertido en el principal enemigo de las plantaciones del grano en los ocho municipios tuneros y en toda Cuba.
Esa plaga provoca severas pérdidas económicas, pues afecta la floración y provoca su caída prematura, sin que lleguen a fructificar. Contra ella los productores solo disponen de algunos medios biológicos, los cuales no han sido efectivos para su erradicación.
No obstante, los campesinos no se dan por vencidos y en esta campaña de frío volvieron a plantar ese renglón. En los primeros dos meses de la etapa sembraron más de 900 hectáreas de frijol fasciolo, sobre todo, de las variedades Buenaventura y Delicias. El caupí solo se planta en primavera.
Explicó Oro Torres que, como promedio, el rendimiento es de 0,5 tonelada por hectárea y que en diciembre o enero se podrán cosechar las áreas sembradas en toda la provincia, especialmente en los municipios de Jesús Menéndez, Puerto Padre y Jobabo.
Aunque lo desean, hoy los productores del territorio tunero no pueden satisfacer la demanda de frijol de la población, ni siquiera el que se vende normado en la red del Comercio, pero insisten en el intento de cosechar aunque sea un poco, a pesar de tantos inconvenientes.
