Las Tunas.- “Este año nos tomó por sorpresa y nos zarandeó bastante… hubo miedo, escasez, falta de productos indispensables, pero hay que reconocer que se protegió a la población, se creó la estrategia de vender los módulos mediante la libreta de abastecimiento y me imaginó que seguirá siendo así”, comenta Ada Iris Lozano, vecina del reparto Buena Vista.
Joseito Suárez es mucho más optimista: “Las Tunas fue un referente para otra provincias. Nos organizamos mejor y desde el inicio. Los pocos alimentos y productos de aseo se compartieron entre todos, esa es una respuesta de altura ante la crisis”.
“Mantener el aseo por la libreta es de las mejores medidas que se han tomado en el año -opina Alicia Báez, en las cercanías de Casa Piedra- Con respecto a los módulos yo creo que desde el punto de vista organizativo pudo ser mejor, pues hay bodegas que realizaron mucho más ventas que otras. Ahí faltó chequeo y control”.
EL RETO DE COMPARTIR
El panorama del 2020, agudizado por las demandas e imposibilidades que trajo consigo la llegada a Cuba de la Covid-19, demandó estrategias rápidas y certeras por parte del Grupo Empresarial de Comercio en Las Tunas, un reto que se enfrentó desde la premisa de dotar de mayor protagonismo a las bodegas y acercar los productos hasta las comunidades.
Desde que la amenaza del coronavirus se extendiera por el territorio nacional, la Gastronomía en Las Tunas adoptó estrategias para mantener la vitalidad de sus servicios y acercarlos a la población, sobre todo, a la más vulnerable, y de esta manera evitar aglomeraciones de personas.
Los 57 restaurantes de la provincia trabajaron al 50 por ciento de su capacidad instalada, o sea, con una separación de un metro y medio a dos metros entre cada mesa, pero sin afectar las prestaciones, pues se extendieron los horarios.
Se habilitaron 69 puntos entre restaurantes, pizzerías, cafeterías con servicio de comida y fondas, donde se implementó la modalidad de comida para llevar o comida a domicilio. Alrededor de 116 instalaciones se pusieron en funcionamiento para garantizar alimentos para el Sistema de Atención a la Familia (SAF), con alrededor de tres mil 849 vinculados.
Los 10 centros de elaboración con los que cuenta la provincia fueron un pilar fundamental para mantener surtidas las redes con croquetas, fritas, medallones, hamburguesa, masa para conformados, y embutidos, sobre todo, chorizo.
Todos los establecimientos de Comercio y Gastronomía continuaron elaborando alimentos y vendiéndolos al pueblo. Las cremerías permanecieron abiertas, y potenciaron la modalidad de comprar helados para llevar.
LOS PRODUCTOS, EN LA CERCANÍA DE LAS COMUNIDADES
El sector de Comercio, como parte del Plan para la Prevención y el Control de la Covid-19 en el territorio, puso en práctica una serie de medidas que aseguraron una mejor redistribución de los abastecimientos, llevando a las bodegas un módulo de nueve productos para reforzar la alimentación de los tuneros.
Mediante esta estrategia se comercializó un litro de sirope, 10 refrescos de bolsa, cinco paniqueques, un paquete de galletas; además de yogur de soya, requesón, croquetas, picadillo y mortadela roja. En el caso del yogur se aprovecharon los mismos puntos de venta de leche para el expendio, los productos cárnicos llegaron a la red de casillas y los secos se distribuyeron en las bodegas.
En los municipios también se crearon las condiciones para acercar las producciones de los centros de elaboración a las familias, en correspondencia con las materias primas con las que contaban estas unidades.
De igual manera se decidió vender los productos de aseo de manera controlada mediante la libreta de abastecimiento y hasta el momento la medida se mantiene vigente. Solo el detergente líquido, por su limitada producción, pasa a comercializarse en los mercados ideales.
En la medida de la disponibilidad de recursos se procedió también a la venta de algunos alimentos liberados como azúcar y harina de maíz de manera escalonada en diferentes bodegas de la provincia.
La comercialización de los productos de primera necesidad, como pollo y aceite, a través de la libreta (sin que se anote) para los núcleos familiares se puso en práctica y aún se mantiene, mediante un inventario definido y teniendo en cuenta las bodegas, siguiendo el orden establecido por los consejos de Defensa y por la dirección de Comercio y en dependencia de los inventarios de los que dispongan las cadenas de tiendas.
En los consejos populares también se habilitaron cocinas comunitarias y se garantizó la alimentación de las personas más vulnerables, sobre todo, ancianos, enfermos y familias de bajos ingresos.
LA VUELTA A LA NORMALIDAD Y LAS DEMANDAS ACTUALES
Con el acercamiento paulatino a la normalidad, las unidades del Grupo Empresarial de Comercio en Las Tunas retomaron su funcionamiento y las tiendas industriales y mercados ideales reabrieron sus puertas con la gama de productos que se comercializa de forma habitual en sus redes. Como en todo el año se mantiene la venta de cloro en los puntos definidos de los ocho municipios.
Para garantía de los tuneros, en todas las entidades de Comercio y Gastronomía continúan activos los protocolos orientados por el Ministerio de Salud Pública y se garantizará la desinfección de las manos y superficies a la entrada de cada local y de igual modo se velará con rigor que los trabajadores con síntomas respiratorios no asistan a ningún establecimiento, ni interactúen con los consumidores.
En el futuro próximo, el territorio, como toda Cuba, entrará en el proceso de perfeccionamiento de la Gastronomía, con los cambios sustanciales que exige. Las primeras unidades seleccionadas para adquirir autonomía son el restaurante 2007, 1876, La Arboleda, el Reymar y La Parrillada.
Estas transformaciones buscan mayor organización de la red de la Gastronomía que no siempre muestra los mejores resultados y requiere con prontitud de asimilar conceptos de rentabilidad y competencia. Para ello se dotará a los administradores de las facultades necesarias para optimizar los servicios, elaborar su norma técnica, su ficha técnica de elaboración y, por consiguiente, establecer los precios que consideren para que sus negocios sean rentables.
La creación de una tienda mayorista para los trabajadores por cuenta propia del sector es un logro tangible que busca diversificarse en los próximos días y asegurar no solo arroz, azúcar, sal y harina, sino productos cárnicos, pescados, quesos y variedad de bebidas.
Los retos del cambio en los modelos se gestión se avecinan a pasos agigantados. Su advenimiento promete desarrollo y diversificación en las tradicionales redes gastronómicas. Esperemos que se consoliden acá las condiciones necesarias para la “autonomía” y, sobre todo, que traigan prosperidad y nuevos ímpetus a la economía tunera.
Comentarios
Suscripción de noticias RSS para comentarios de esta entrada.