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Las Tunas.- Para Dayamí Verdecia Almaguer la lucecita al final del camino se ha trocado a sol resplandeciente. El sueño se hizo realidad. Cuando el pasado 26 de febrero fue aprobado por el Consejo de Estado el Decreto Ley de Bienestar Animal, sintió que, como nación, dábamos un paso más en pos del mejoramiento humano.

"Ya tenemos Decreto Ley, se ha hecho realidad el sueño de aquellos que amamos los animales: veterinarios, criadores, animalistas… en general, de todos los que nos dedicamos a cuidarlos y protegerlos. Pienso que esta ley ha venido a alumbrar el camino".

veterinariaDesde que se graduó hace 24 años en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias, en la provincia de Granma, Dayamí ha rendido culto a la herencia de su padre de quien más que el oficio, adquirió el amor por los animales. De tal manera, se toma su labor muy en serio: revisa, indaga, aconseja, prescribe, aplica procederes… cada caso que llega hasta la clínica veterinaria central Ascanio Díaz requiere una atención particularizada; muchos ya son clientes habituales y ella la médica de cabecera de tantísimas mascotas que ha visto crecer.

"La población ahora tiene una mayor cultura en el cuidado, manejo y protección de los animales de compañía", comenta, mientras la consulta se llena de perritos de diversas razas. Algunos llegan en busca de asesoría, un cochero indaga por un medicamento para su caballo, una joven pareja espera con sus tres pequineses...

Dayamí subraya el valor de que no queden fueran de la norma jurídica la fauna silvestre y las especies con fines productivos y económicos.

"Debemos respetarlos hasta en la hora de su sacrificio y el Decreto también vela por esa particularidad, porque sea rápido, sin estrés, sin dolor, con compasión…Verdaderamente pienso que si cumplimos con lo regulado lograremos alcanzar la meta por la cual fue creada esta norma: el bienestar animal".

"Todo el que tenga una mascota en casa tiene que darle seguimiento, de ahí depende la salud del animal y la familia", subraya al mencionar que el Decreto Ley también se acoge al concepto de una sola salud, donde el bienestar, es un bien compartido por ambas especies.

"Siempre quise ser veterinaria -agrega-. Desde pequeña he amado a los animales, en especial a los gatos. Entonces ayudaba y siempre acompañaba en las consultas a mi papá, también médico veterinario. Eso sembró esa semilla en mí".

Con cierta picardía, señala Dayamí que "soplar no es tocar la flauta" y fue necesario mucho estudio para unir al talento natural y a la elección voluntariosa, el conocimiento salvador. Tales saberes se consolidaron e incrementaron durante los 11 años que trabajó en la Empresa de Laboratorios Farmacéuticos, Labiofam, como especialista de Medicamentos. Esa etapa, dice, le dejó la satisfacción de ayudar a la salud de diversas especies desde otro frente insustituible en la vigilancia epizootiológica.

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Para Dayamí, como para muchos, velar por el bienestar de los animales es una verdadera prueba de nuestra humanidad.
"Todo ser viviente necesita respeto. Y los animales sienten, padecen, experimentan placer, son fieles y, sin embargo, a veces no reciben gratitud de sus propietarios…Ellos se utilizan para muchas cosas, en un ensayo clínico, en un matadero como parte de la cadena alimenticia, como mascotas de compañía… lo que hacen es servirnos y la población debe tener mayor conciencia del valor de la vida que tiene en sus manos.

"Es bueno que ahora las personas sepan que las mascotas y otros animales tienen respaldo y, en consecuencia, debemos brindarles protección, beneficios, seguridad…Es bueno que la Ley regule su cuidado. ¡Gracias a este decreto!".

 

 

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