proyectos alimentos

Las Tunas.- Cada tarde, cuando el sol comienza a esconderse detrás de nubes negras, Enerio Hernández Ojeda mira al cielo y al horizonte, sus sembrados y a la pequeña laguna en la que acumula el agua; se impacienta, ruega, se calma y se decepciona cuando pasan las horas y desaparece la esperanza de que llueva.

Sabe que en las precipitaciones, tan espaciadas en el tiempo, está el futuro de sus cultivos, esos que lo han convertido en un excelente productor de alimentos, tanto para los residentes en la comunidad de Gayol, como en Vázquez, Puerto Padre, y la ciudad de Las Tunas.

“Ese es el primer problema que tenemos aquí, la garantía de agua. Y es algo que nos afecta desde siempre, porque es verdad que hay una micropresa y un río, sin embargo, solo da para cinco meses y ahorrándola. Llevamos cerca de cuatro años enfrascados en un trasvase que se va a hacer, pero no se ha podido terminar.

“Yo me arrodillo aquí en este lugar -señala uno de los árboles cerca del embalse- y le pido a Dios que llueva con frecuencia, aunque no quiero que haya vientos fuertes u otras cosas que dañen las siembras.

“La verdad es que ya en noviembre, al final de la temporada lluviosa, la presita se queda llena y eso es un alivio. Si no hubiera sido por esa agua, este año no se habría comido tantos tomates”.

Chachi, como le llaman sus conocidos, es un destacado usufructuario que se beneficia con varias máquinas de riego para la siembra de diferentes cultivos, cuyas producciones se destinan al Estado, para bien del pueblo. Por eso aprovecha todos los espacios de sus tierras y acorta los tiempos entre cosechas y siembras, porque un día perdido es para lamentarlo en ese empeño que tienen actualmente los campesinos cubanos de producir para que la gente coma y sustituir importaciones.

“Ya comenzamos la siembra de maíz y hay unas 21 hectáreas que van bien. Tenemos 10 hectáreas de plátano, hay 3,5 de yuca y se siembran siete de calabaza, lo que permitirá disponer, en el mes de agosto, de una buena cantidad de surtidos.

“Eso es contando con el período lluvioso que ya comenzó. Hace falta que nos deje un poco de agua. Y es un riesgo que estamos corriendo; pero, lo verdaderamente importante, es no estar cruzado de brazos sino echándole ganas a la tierra, con nuevos proyectos”.

En este campesino de tantas ideas impactan favorablemente las nuevas medidas aprobadas por la dirección el país para impulsar la producción de alimentos.

“Son medidas que ponen contento al campesinado cubano. Eso motiva a la gente a pedir más tierras en usufructo, a tumbar el marabú y a criar ganado vacuno, para cobrar mejor por la leche y la carne y también para un día poder comerse una res.

“La disminución de los costos por el uso de la corriente y el agua motiva a los productores de arroz. Hay quien abandonó las tierras y ahora regresa a probar, a ver si le da resultado, y eso es importante, pues hace falta ese grano para la alimentación de las personas.

“En el caso de las semillas, soy un productor que las saca celosamente. Creo que cada uno debe tener sus propias simientes. Por eso siembro cuando quiero, sin depender de nadie más.

“Teniendo agua, habrá comida aquí. No lo duden”.

Escribir un comentario

Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Código de seguridad
Refescar