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Las Tunas.- En medio del complejo panorama económico que vive la nación, el Programa de Autoabastecimiento municipal en la provincia de Las Tunas constituye una tarea de máxima prioridad, que cada vez exige mayores esfuerzos de quienes "cargan en sus espaldas" la enorme responsabilidad de producir alimentos.

Si bien hasta el cierre de mayo se entregó un promedio de 30,9 libras de granos, frutas, viandas y hortalizas a los habitantes del territorio -cifra que sobrepasa los propósitos del programa- aún no satisface la demanda. Una realidad que fue expuesta en el intercambio de Salvador Valdés Mesa, vicepresidente de la República, con autoridades políticas y gubernamentales de la provincia, dirigentes del sector agropecuario y encargados de la actividad en el Ministerio de la Agricultura.

Durante el encuentro, el dirigente se refirió a la importancia de la Ley de Soberanía Alimentaria, aprobada en la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que favorece el desarrollo de las capacidades productivas a partir de la aplicación de la ciencia y la técnica.

El también miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba insistió en que la tierra es el recurso fundamental para incrementar las producciones y está al alcance. La actual situación, dijo, impone la siembra de nuevas áreas, sobre todo, ahora que los rendimientos han disminuido por la escasez de herbicidas, fertilizantes, plaguicidas, y paquetes tecnológicos.

Valdés Mesa reconoció que la provincia avanza de una campaña de siembra a la otra. No obstante, es poco el crecimiento de las hectáreas, por lo que urge sumar las áreas ociosas o explotadas de manera insuficiente y usar mejor las disponibles.

Al respecto orientó un aprovechamiento superior de las áreas bajo riego, conformar los sistemas productivos de los municipios y fortalecer la crianza de aves, cerdos, conejos... para asegurar la proteína animal.

En la cita fue presentada la estrategia local para las campañas de siembra hasta finales del 2023, principalmente de plátano, boniato y yuca, que resulta un excelente sustituto del trigo en la obtención de harina.

El desafío es inmenso, pero alcanzable en la medida en que las empresas agropecuarias asuman sus compromisos, aumenten el control de la tierra y se consolide el programa de módulos pecuarios.

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