Naciones Unidas.- La alarma crece hoy entre las autoridades de la ONU ante la continua violencia en Jerusalén Oriental ocupada y por los posibles desalojos de familias palestinas de sus hogares en dos barrios.
Por medio de un comunicado, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, instó a Tel Aviv a poner fin a las demoliciones y desalojos, de conformidad con sus obligaciones en virtud de las legislaciones internacionales.
Las autoridades israelíes deben ejercer la máxima moderación y respetar el derecho a la libertad de reunión pacífica, subraya Guterres en una declaración de la víspera.
Todos los líderes tienen la responsabilidad de actuar contra los extremistas y de pronunciarse contra los actos de violencia e incitación, señala Guterres y llama a mantener y respetar el status quo en los lugares sagrados.
El secretario general reitera su compromiso, incluso a través del Cuarteto del Oriente Medio (Unión Europea, Rusia, Estados Unidos y ONU) de ayudar a los palestinos e israelíes a resolver el conflicto sobre la base de las resoluciones pertinentes, el derecho internacional y los acuerdos bilaterales.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) también pidió a las autoridades israelíes abstenerse de utilizar la violencia contra los niños y liberar a todos los menores detenidos.
De acuerdo con un reporte de esa entidad de la ONU, 29 niños palestinos resultaron heridos en los últimos dos días y otros ocho fueron detenidos.
''Un niño de un año estaba entre los heridos. Algunos niños fueron trasladados a hospitales para recibir tratamiento con lesiones en la cabeza y la columna. Esto se produce en medio de informes de que cerca de 300 personas resultaron heridas en la zona'', indica el reporte de Unicef. Asimismo, la declaración demanda protección para todos los infantes, preservar los derechos de las familias a acceder a todos los lugares de culto y que los heridos reciban asistencia sin restricciones.
Numerosas naciones del área condenaron los recientes ataques de militares israelíes contra los palestinos en la mezquita de Al-Aqsa, en Jerusalén Oriental, justo en el mes sagrado del Ramadán.
Desde el viernes en la noche comenzaron las confrontaciones que se extendieron hasta el domingo y dejaron más de 200 heridos, entre ellos varios menores de edad, reportan medios de prensa.
Las fuerzas de Tel Aviv atacaron a fieles musulmanes palestinos en la mezquita de Al-Aqsa, con disparos de balas de goma y granadas aturdidoras, en uno de los lugares más sagrados.
Esas agresiones se produjeron en medio de la ira por el desalojo de hogares palestinos en la zona de Sheikh Jarrah, de Jerusalén Oriental.