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Las Tunas.- Con rostro de mujer y nombre propio, la edición XXI del Torneo Nacional de Softbol de la Prensa Jorge Luis Valdés Rionda in memoriam desata una de las más sublimes tormentas. Si bien el desenfado cimentó el nacimiento de tal historia, Lilian Cid, primera mujer en disputar la cita de la bola blanda, la arropó con el coraje de mirar a los ojos a lo que muchos describen como imposibles. Ajena de tensiones, en un revoloteo de libertad y equidad de género, la tunera aclama todas las miradas gracias a esa virtud de nunca rendirse y caminar hacia lo desconocido.

En constante ebullición de emociones, Lilian campea entre el significado de su máxima de que sí se puede y la cualidad de rendir en el terreno. Un average ofensivo por encima de 600 -hasta la redacción de estas líneas- además de sumar carreras impulsadas y anotadas, convierten a la chica en baluarte entre los suyos.
"Me ha sorprendido lo vivido aquí, aunque tenía claro que debía intentar hacer lo mejor que pudiera, no me lo esperaba de esa manera. Cuando acabe quedarán las lecciones, pero por el momento lo he disfrutado y visto como un proceso de aprendizaje. No tengo la certeza de que el próximo año cada equipo cuente con una fémina, a pesar de las pretensiones de los organizadores del certamen; sin embargo, deseo que esta sea una puerta que se abra para aquellas que deseen participar y romper aún más barreras.
Lilian foto gabi"Mi presencia es un mensaje, el método para alzar la voz y desatar esquemas. Las personas deben hacer lo que les gusta, es una vida demasiado corta como para sembrar límites. Que una abogue por la igualdad entre ambos sexos no significa que no existan las diferencias en las aptitudes físicas a la hora de jugar, pero, a su vez, el simple hecho de contar con la oportunidad de vivirlo y aportar a la causa colectiva equivalen al botín que se busca, cuando amas lo que haces".
En la maleta también se colaron algunos temores, pues la competitividad de la heredera de un apellido beisbolero en el Balcón de Oriente la obliga a exigirse utilidad para el equipo. No obstante, con sonrisas y el ímpetu inigualable, Lilian esgrime en el césped virtudes de superación individual, así como lo reflejara en diálogo con 26.
Sin mucho aviso y contra la lógica que imponía en su vida el universo de los números, el bichito de contar historias y humanizar a los protagonistas brotó para encabezar el sitio web Deporcuba. Del instituto preuniversitario vocacional de ciencias exactas Luis Urquiza Jorge a la Universidad de Ciencias Informáticas; de la Villa Azul, a La Habana, la ruta de engrandecerse paso a paso, siempre con la humildad como armadura.

El primer gran reto, sin dudas, resulta involucrarse en la variedad de criterios que encumbra a un equipo, ¿cómo fue la acogida?
"¡Espectacular! Lo que he realizado en la competencia y lo que quedará no es solo un mérito mío, sino de ellos en general. El hecho de que hayan creído en mí sirvió para creérmelo también. He recibido muchísimo amor y respeto. Cuando alguien difunda las vivencias creo que el equipo de Las Tunas debe ser de obligatoria mención y agradecimiento.
"Hago mías algunas palabras de uno de los integrantes: 'Si hoy estoy aquí es porque somos una familia'. Al llegar conocía a unos pocos y con el resto no había tenido ninguna relación, pero creo que las lecciones parten de ahí, de lo obtenido desde el equipo, quienes, reitero, han sido los mayores protagonistas en ese sentido".
Has sido el epicentro mediático durante estos días, ¿cómo convivir con ello?
"Tenía cierta idea de lo que podía suceder, pero la verdad es que sí sorprende, lo cual se transforma en una presión añadida. No tengo problemas con ese seguimiento sobre mí; sin embargo, ocupo la responsabilidad de proyectar un mensaje que agrupe a las mujeres. Lo importante radica en ese intento por hacerlo y concebirlo de la mejor manera posible. Lilian fue la punta de lanza, ahora les corresponde a las demás unirse".
Fútbol sala, atletismo, softbol…, un amplio espectro de deportes que has practicado y asumes desde el periodismo, ¿de dónde proviene ese amor?
"Soy una deportista frustrada. Pese a mi baja estatura practicaba voleibol, logré jugar en lides provinciales en representación de Puerto Padre y hasta tuve la convocatoria para estudiar en la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar. Podía ser lo que quisiera ser, pero estaría limitada por el tamaño, por tanto, ese no era el camino por seguir. A raíz de esa frustración emergió el idilio con los deportes, además de que en mi casa se disfrutaban mucho".

Brindas luces para el horizonte de muchas mujeres en el país, pero en particular, cuál es tu legado para esa niña pequeña que te llama mamá.
"Esa es la tarea más grande que desempeño, sobre todo, por la responsabilidad de conducirla por el trayecto del bien. Trato de inculcarle la necesidad de superarse, en ocasiones me dice: 'Mamá no puedo' y ahí le pido que me diga: 'No sé, no lo he logrado, pero nunca que no puedes',  porque hay que continuar intentándolo hasta conseguirlo. Por encima de todo, lo que quisiera es verla reflejada como una buena persona y que siga con ese corazón que tiene".
Las penumbras también han formado parte del paisaje, más cuando los propósitos son ambiciosos, ¿cuáles son los principales obstáculos enfrentados?
"En lo personal el mayor escollo es que soy de apegos, de estar en casa con mi gente. Me cuestan los cambios, aunque la vida me ha puesto una y otra vez en pugna con esas situaciones. La guerra más grande que he tenido que echar es con la encrucijada de la nostalgia. En lo profesional he flaqueado en algún momento, sobre todo con el atletismo, por los mismos tropiezos que impone el gremio. Independientemente de los motivos de las decisiones, me regresa como un bumerán y me brinda nuevas fuerzas para seguir adelante".
Convertida en una mujer de desafíos, ¿cuál sería el próximo reto?
"Ahora mismo no lo sé, supongo que surgirá algo por lo que luchar, si no, no vivo, no soy yo. Siempre debo tener una meta por delante, por vencer. Actualmente estoy involucrada en el curso de narradores-comentaristas deportivos, en el que he transitado entre la incertidumbre y el valor de poder hacerlo, porque respeto mucho la profesión. De conseguir tal título también equivaldría a convertir en realidad un sueño, desde el primer momento en que debí enfrentarme a algunos miedos. En resumen, lo primordial es mantener mi filosofía, cada día un nuevo objetivo, cada día encontrarse con ese sentido de vivir. Desde mis redes sociales me han comentado que soy una guerrera, confieso que no me agrada mucho ese término, prefiero mostrarme como una soñadora".

 

 

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