
Las Tunas.- Al equipo juvenil cubano de béisbol, dirigido por el tunero Abeysi Pantoja, que toma parte en la Copa Mundial de la categoría en Okinawa, Japón, solo le queda buscar, en la llamada ronda de consuelo, ubicarse en un puesto del séptimo al duodécimo.
Tras vencer en sus dos primeras presentaciones a Sudáfrica e Italia, los discípulos del mánager verdirrojo cayeron ante Japón tres anotaciones por cero. Luego cedieron ante Puerto Rico por la mínima, y más tarde, frente a Corea del Sur, encajaron su tercera lechada consecutiva, esta vez tres por cero. La tropa cubana acumuló así 22 entradas seguidas sin pisar el home y con apenas cinco imparables conectados.
A priori, parece un resultado por debajo de lo que se esperaría de un representativo del Archipiélago antillano en un evento internacional; sin embargo, tal vez no sea tanto.
Nótese que los éxitos iniciales fueron ante representativos con una comparativa menor tradición en la práctica del deporte de las bolas y los strikes, como Italia y Sudáfrica, cuestión que cobra mayor relevancia cuando se trata de las llamadas categorías inferiores.
Entonces, teniendo en cuenta el evidente descenso del nivel competitivo del béisbol cubano en las últimas décadas, estaba dentro de lo probable el resultado adverso cuando se lidiara con novenas provenientes de engranajes competitivos más robustos frente al cubano, como lo son los de la Tierra del Sol Naciente, de la Isla del Encanto, y de la parte meridional de la península coreana.
Con todo y eso, los expertos sí señalaron el hecho de que en los reveses afloró la destreza de los lanzadores rivales, cuyo control y repertorio sobre sus envíos al plato fueron claramente mejores que los nuestros. Se trata, dijeron, de muchachos que, sin haber rebasado los 18 años de edad, acumulan muchos más partidos oficiales a un nivel superior que sus homólogos cubanos, y eso se notó en el terreno.

