Las Tunas.- Desde el sábado imaginaba su primer día de clases, mientras mamá y abuela, con el apoyo del abuelo, armaban el rompecabezas del lunes 4 de septiembre, cuando esta ciudad se llenó de uniformes escolares por el inicio del curso escolar 2023-2024, al igual que toda la Isla.
No lejos de allí, "en casa de mi otra abuela y mi papá me hicieron esto", dice con su sorprendente inteligencia y esa locuacidad que lo hacen un chico sociable y muy comunicativo. Acto seguido se toca la cabeza y me muestra el pelado. Lian Rafael Sánchez Mancebo llegó feliz a las puertas del seminternado Rafael Martínez Martínez, ubicado en el Consejo Popular 18, en el reparto Santos, donde comenzó el primer grado y estrenó su mundo escolar en la Educación Primaria.
La alegría fue mayor al reencontrarse con sus amiguitos del círculo infantil Futuros Constructores. La nueva maestra es un amor, apreciaron los padres de primero B y, el miércoles, cuando restaban pocas horas para concluir la semana uno del año lectivo, los pequeños estudiantes no perdían el entusiasmo. El aula los motiva y no estaba "patas arriba". 
¿Te gusta tu escuela?, le pregunto entre los agigantados pasos con los que sube la escalera para llegar a casa y la euforia de contar su día. Ni corto ni perezoso, correteando en la sala del apartamento, escucho un "sí, Graciela". Entonces la doctora en Estomatología Dafne Mancebo Rodríguez, su mamá, cuenta que está muy bien en el aula y asimila perfectamente el horario extendido hasta las 4:00 de la tarde.
Lian es uno de los 180 mil alumnos que desde todas las enseñanzas del Ministerio de Educación (Mined), incluida la de adultos, conforman la matrícula del presente curso, un reto desde el mismo hogar para compensar la falta de materiales escolares, apoyar en lo posible a la escuela en algún recurso de avituallamiento y convertir cada día en un hito de certezas, porque al decir de los padres "es un desafío, pero juntos podemos avanzar, lo que sí es un problema invencible es el calor y el sol. Esos sí están feos hasta para formar en la plaza y hacer la Educación Física".
Bajo un clima incómodo en verdad, lo realmente importante es que Lian y su grupo están contentos y el Balcón de Oriente, con sus despertares llenos de uniformes y parloteos de niños y jóvenes, no tiene las rutinas de colores grises y el silencio de meses atrás. Empezaron las clases, se acabó el descanso… ¡a correr por el futuro! Eso es lo importante.
