Las Tunas.- ¡Qué día ese en el que coronamos metas y sueños! ¡Qué misteriosa satisfacción nos recorre el cuerpo cuando ante la imagen de la travesía nos sabemos mejores y más fuertes y audaces! Así han de sentirse los 240 alumnos que este primer día de noviembre se titularon de bachilleres del instituto preuniversitario vocacional de ciencias exactas (Ipvce) Luis Urquiza Jorge.
Lo confirma Lázaro Alejandro Rivero Batista, concursante de la asignatura de Física y futuro ingeniero en telecomunicaciones: "La carrera la he obtenido de manera directa,y a ello aportó mucho el apoyo de los profesores. Me siento muy feliz porque el esfuerzo y el sacrificio no han sido en vano; han tenido su recompensa y he aquí la amplia facilidad que se advierte en mi sonrisa".
"Muy emocionado", fueron las primeras palabras de Manuel Ernesto Pérez Leyva quien destacó que "han sido cuatro años de desvelo", pues en su caso es parte de la primera graduación de alumnos que ingresaron al centro educacional en noveno grado.
"El Ipvce es una segunda casa, además de fortalecer el hábito del estudio, aprendemos cosas de la vida, amistades que no se olvidarán y profesores que te ofrecen respaldo en cada momento. Ha sido una parte importante y especial de nuestra vida", manifestó el jovencito que estudiará la carrera de Medicina.
Rigor, amor por el estudio, solidez en los conocimientos y superiores herramientas para asumir la vida universitaria son algunas de las fortalezas aportadas por el Ipvce a sus educandos. Lo anterior lo destacó en sus palabras Oel Hernández, director de la institución académica. Subrayó en sus palabras los resultados obtenidos por el colectivo y los colegiales, a contrapelo de una pandemia global, que obligó a transformar el sistema de trabajo en el sector.
"De esta graduación, 13 jóvenes alcanzaron carreras directas por sus resultados en concursos, cuatro ingresan a la Universidad por eventos e igual cifra obtuvieron medallas de oro en competencias nacionales. Al unísono se obtuvieron 12 medallas de plata y bronce, respectivamente. Cada logro es posible gracias al esfuerzo de los estudiantes, el claustro, los entrenadores y el acompañamiento de la familia", subrayó el directivo.
A título de quienes desde casa velaban por el avance de cada pupilo, Xiomara Valdemira Ochoa, abuela; agradeció la entrega de un claustro prestigiado por sus resultados durante más de cinco décadas. "Este es uno de los días más alegres y esperados. Me siento feliz porque veo a mi nieto graduarse y, además, gané 200 y tantos nietos más porque la escuela se convirtió en mi segunda casa. La experiencia ha sido maravillosa y les deseo a todos suerte.
"Asuman retos y levántense cuando las adversidades los derriben! ¡Sean perseverantes y que los sueños los guíen en el camino! Es un honor compartir este momento. Ustedes son el futuro".
Palabras que bien ilustran los sentimientos de María Antonia Batista Rodríguez, una madre orgullosa y feliz. "Ha sido difícil y aquí ya vemos los logros" , resumió, emocionada.
Con solo 19 años de edad murió Luis Urquiza Jorge, en su honor se constituyó el instituto consagrado a las ciencias exactas, y desde el que egresan, cada año, cientos de jóvenes llenos de ilusiones y proyectos. Desde su primera graduación en 1974, esta escuela insigne de la educación tunera, más que sembrar saberes, ha dejado huella emocional en sus estudiantes; ahí radica, tal vez, el mayor de los méritos.
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