Las Tunas.- Lucas comenzó su primer año en la escuela primaria. Con su mochila nueva y una sonrisa tímida se adentró en el aula, emocionado por aprender y hacer amigos. Al principio, todo parecía ir bien. Disfrutaba de los colores brillantes de los dibujos en las paredes y del olor a lápices recién afilados.
Sin embargo, a medida que pasaban las semanas, su maestra comenzó a notar que Lucas no avanzaba como sus compañeros. Mientras los otros niños aprendían a leer y escribir, él luchaba por formar frases simples y organizar minuciosamente sus útiles escolares, una y otra vez. Siempre parecía distraído y a menudo no comprendía las instrucciones.
Preocupados, sus padres decidieron llevarlo a un especialista. Después de varias evaluaciones, se dieron cuenta de que Lucas necesitaba atenciones especiales. Aunque al principio se sintieron abrumados por la noticia, pronto comprendieron que esto no definía a su hijo. Con amor y apoyo, comenzaron a buscar recursos que pudieran ayudarlo.
LA REALIDAD DE LA EDUCACIÓN ESPECIAL
En la provincia de Las Tunas, la historia de Lucas no es única. La Educación Especial cuenta con 15 instituciones educativas que atienden a más de mil 200 educandos, siendo la mayoría aquellos con discapacidad intelectual.
Estas escuelas son un refugio donde cada niño puede recibir el apoyo necesario a partir de un dictamen emitido por los Centros de Diagnóstico y Orientación (CDO) que existen en cada municipio.
"Una vez que se emite el diagnóstico y se coordina con las instituciones educativas; se determina la mejor ubicación para cada estudiante, considerando su especialidad: discapacidad visual, auditiva, intelectual, limitación físico-motora y trastornos del espectro autista. En total, hay 716 alumnos en situación de inclusión, lo que refleja el compromiso de las autoridades educativas por brindar igualdad de oportunidades", expresó Yoania Peña González, metodóloga provincial de Educación Especial.
INCLUSIÓN Y DESAFÍOS
En el municipio cabecera, cinco escuelas especiales atienden a 568 estudiantes, mientras que 303 están incluidos en diferentes niveles educativos regulares. De estos, 182 tienen discapacidad intelectual y 34 presentan dificultades generalizadas para el aprendizaje. Sin embargo, este curso escolar ha mostrado una matrícula baja en primer grado en las escuelas especiales, con solo 39 nuevos ingresos.
"Aunque la inclusión es un objetivo primordial, aún hay desafíos significativos. Por ejemplo, el CDO evaluó a siete educandos con diagnóstico de discapacidad intelectual que no pudieron ser ubicados en escuelas especiales debido a la falta de recursos. Estos estudiantes se encuentran en centros regulares, lo que subraya la necesidad de fortalecer la red de apoyo", destacó la metodóloga.
NUEVOS COMIENZOS
El aumento discreto de estudiantes con Trastorno del Espectro Autista (TEA) -solo tres más en el municipio Las Tunas- también nos recuerda que cada caso requiere atención personalizada. Actualmente hay 19 educandos con TEA en la provincia, 10 de ellos ubicados en escuelas especiales debido a la combinación de TEA y discapacidad intelectual.
La historia de Lucas y la realidad educativa en nuestra provincia nos enseñan que el camino hacia la inclusión es complejo, pero esencial. Con amor, comprensión y recursos adecuados, cada niño puede encontrar su lugar en el mundo educativo y social. La comunidad educativa sigue trabajando para garantizar que todos los estudiantes, independientemente de sus dificultades, tengan acceso a una educación de calidad y la oportunidad de brillar.
La esperanza está en cada niño como Lucas, quien con el apoyo adecuado puede superar cualquier obstáculo y alcanzar sus sueños.